Generalmente las razas de Apis mellifera pueden dividirse en tres grupos:
1.- Razas europeas
2.- Razas orientales
3.- Razas africanas
Es posible determinar cierto parentesco entre estos tres grupos, por ejemplo entre la abeja oscura europea y la abeja Tell del norte de África y entre las abejas caucásicas, de Anatolia y las carniolas.
La Fig. 6, demuestra la distribución geográfica de las razas más importantes. Sin embargo, no está completo el mapa, ya que algunos territorios no han sido explorados suficientemente y no es posible emitir un fallo exacto en este momento. Esto es cierto, por ejemplo, en lo que se refiere a las abejas de Irán y Anatolia, que jugarán probablemente un rol específico en el futuro de la cría de abejas.
Las cuatro razas que adquirieron importancia en la cultura apícola moderna se discutirán detalladamente en este capítulo. Las demás razas sólo serán mencionadas brevemente, pues o no han sido investigadas a fondo, o han fallado frente a los requerimientos de la apicultura moderna.
La abeja chipriota, A. Mellifera cypria (igual que la italiana, pero más pequeña y cuyo color en lugar de amarillo es más bien rojizo o zanahoria), Lo mismo sucede con su pariente cercana, la abeja de Siria, A. M. Syriaca. Debido a su rendimiento inferior, esta abeja ha sido reemplazada sistemáticamente, a partir de 1948, por abejas italianas importadas desde los EE. UU. (Blum 1951).
Emitir un juicio final sobre estas razas y otras menos conocidas, sería prematuro. Algunas de ellas pueden imponerse mediante ciertas combinaciones de cruzamientos. Las variaciones naturales de la abeja melífera son grandes y esto provee un material muy valioso para la cría de abejas en el futuro (Hermano Adam, 1966).
Abejas africanas: una de las razas del grupo africano ha adquirido gran notoriedad en años recientes, debido a su rápida dispersión por el continente americano. En África se distinguen cuatro razas de abejas, dos de ellas al norte y dos al sur del Sahara:
La abeja Tell (Apis mellifera intermissa) ocupa los países del Maghreb, desde Marruecos hasta Libia. Es una abeja pequeña, muy oscura, con pilosidad escasa y corta, agresiva y con gran tendencia a la enjambrazón, pero excelente para la producción de miel bajo las condiciones climáticas extremas del norte de África. La abeja amarilla del oasis del Sahara, que es llamada abeja del Sahara (Haccour, 1960), parece ser simplemente una sub-raza de la abeja Tell. Ambas razas forman un eslabón entre la raza de abejas del África Central A. m. Adansonii y las razas del oeste y norte de Europa (A. m. ibérica, A. m. Mellifera).
La abeja egipcia, Apis mellifera lamarckii (sin. A. m. fasciata), con bandas amarillas y tomentos blancos, se encuentra restringida en el Valle del Nilo al norte de Assuan.
La abeja del Cabo, Apis mellifera capensis, vive en un área muy limitada en la costa sudoeste de la República de Sudáfrica (región de la Ciudad del Cabo). Esta abeja tiene aspectos biológicos especiales; las obreras de esta raza tienen espermateca, pero mamás se la encontró llena de esperma (Anderson, 1961). En colonias sin reina, las obreras comienzan prontamente a poner huevos que, en un alto porcentaje, sin haber sido fecundados dan origen a hembras. Por lo tanto pueden criarse reinas de estos huevos de hembras. Según Mackensen (1943), el mismo fenómeno ocurre en otras razas, pero sólo con una frecuencia muy baja.
La “abeja africana”, Apis mellifera adansonii cubre todo el continente entre el Sahara y el Kalahari. Según Smith, en Tanganica existen dos tipos diferentes, en la costa y en las montañas (litorea y montícola) y posiblemente un examen más profundo revelaría otros tipos diferentes en el área total de distribución. Pero, mientras nuestros conocimientos permanezcan tan fragmentarios como hasta ahora, todas las abejas de la parte central de África se clasifican como A. m. adansonii. Se trata de una abeja muy pequeña, con escasa pilosidad, pigmentación variable sobre el abdomen (aunque en su mayoría con una o más bandas amarillas y escutelo amarillo) y nervaduras alares características. Esta abeja tiene aspectos en común con la capensis (Fu Fraw, 1965) y la intermisa, pero se distingue fácilmente de todas las demás razas. Una gran parte de su territorio, que se extiende desde el Sudán hasta Sudáfrica está formado por bosques abiertos llamados Miombo y constituye una de las áreas más favorables para la apicultura en todo el mundo (Guy, 1972). La mayor parte de la cera de abejas que se ofrece en el mercado mundial procede de esta región, producida por colonias salvajes o semi-salvajes. Se caracteriza por las siguientes particularidades: Un clima caluroso con una estación prolongada y seca, pero no fría, flujo abundante de néctar y polen; muchos enemigos, incluyendo al hombre y los pájaros. La abeja adansonii está adaptada en excelente forma a estas condiciones. Para escapar de las sequías produce enjambres migratorios, como lo hacen otras abejas en Asia (A. cerana, A. florea y A. dorsata), desertando toda la colonia de su hogar, emigrando a través de largas distancias. Ya que aún los pequeños enjambres tienen una buena posibilidad de sobre vivir y como las pérdidas debido a enemigos y el clima son fuertes, las colonias se dividen varias veces al año, produciendo únicamente pequeños enjambres. Dado que en la mayoría de las zonas el clima es seco, las colonias pueden sobrevivir también en lugares sin protección (ramas de un árbol, agujeros en el suelo). Para defenderse contra sus enemigos, la abeja ha desarrollado un comportamiento altamente agresivo, así, y aunque es explotada en forma extensiva por cazadores de miel indígenas, esta abeja consiguió sobrevivir. En 19556 fueron importadas desde Sudáfrica a Brasil, algunas reinas de A. m. adansonii para mejorar el stock local que originalmente había sido importado desde Europa (Kerr, 1957). Se suponía que una abeja del trópico estaría mejor adaptada a un clima tropical que una abeja de zona templada. Se comprobó que esta suposición era correcta: las colonias se multiplicaron, emigraron y se hicieron híbridas, ocupando muy pronto todo el estado de Sao Paulo, donde habían sido introducidas. Posteriormente la adansonii avanzó a una velocidad de 160 a 320 kms. por año. En 1969 se había extendido a la Argentina y en 1973 a Venezuela. Se pronostica que esta abeja llegará al Canal de Panamá y lo cruzará dentro de pocos años (kempff Mercado, 1973). Dado que la zona de donde proviene esta raza en África está delimitada por la línea isoterma invernal de 20ºC (que corresponde aproximadamente a la latitud del trópico Norte y Sur), se supone que también en el Nuevo Mundo será éste su límite natural (kempff Mercado, 1973 Núñez 1973). La mayoría de las razas del sur (tales como la de Egipto y la de Tell), no formarán racimos invernales y por lo tanto no pueden pasar el invierno en climas fríos. Las implicaciones generales de esta invasión y en particular su repercusión en la apicultura por su agresividad y reducción en rendimiento de miel, han sido tratadas en un gran número de publicaciones (“committee on African Honey Bee”, Kempff Mercado, 1973, Núñez, 1973, Apimondia Congress, 1973). Consideremos ahora la cuestión de por qué permaneció inmutable el carácter indeseable de algunas pocas reinas, cuya progenie ha sido cruzada con millones de reinas y zánganos europeos. La respuesta está en una simple consideración genética: si la nueva colonia produce muchos enjambres por año y si cada enjambre encuentra suficiente alimento y logra vivir aún en lugares mal protegidos (o invade una colonia europea) y así tiene una alta posibilidad de sobrevivir, el valor selectivo de este tipo, frente al “europeo” fácilmente puede ser de 10:1 o más aún. De tal manera, el tipo “europeo”es excedido numéricamente y de continuo en un alto grado. Por supuesto que las abejas “africanas” de Sudamérica son ahora híbridas y es más correcto llamarlas “abejas brasileñas” (Kempff Mercado, 1973)( Esta denominación aún no ha sido aceptada). Parece que no existen medios de erradicar los genes africanos en aquellas regiones donde las colonias silvestres pueden vivir sin control a la intemperie. Un método que compromete mejorar el Stock en el apiario, es el de cambiar las reinas de las colonias por hijas de carniolas o italianas puras (martín, 1973). La progenie de estos nuevos híbridos da rendimientos más altos y es menos agresiva que las “brasileñas”. Esto requiere, naturalmente, una importación continua o la inseminación artificial de stock europeo, así como el control de las reinas en sus colonias.
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