Los apicultores gallegos reclaman más medios para luchar contra el avance de esta especie exótica invasora, presente ya en la práctica totalidad de Galicia.
Una mujer coloca una trampa casera contra las avispas velutinas en su finca |
Fue en 2012 cuando la presencia de esta especie invasora en algunas zonas del sur de Galicia hizo saltar todas las alarmas. Cinco años después, y pese a los esfuerzos de apicultores y administración, ni unos ni otros ocultan la realidad: la avispa velutina ha llegado para quedarse y su expansión por la Comunidad es ya imparable.
Cada vez son más los concellos que sufren las consecuencias de esta plaga que ataca con especial virulencia a las abejas autóctonas, evitando que realicen con normalidad las labores de polinización, de las que dependen el 70% de los cultivos para consumo humano. «Podríamos decir que está prácticamente fuera de control, porque salvo algunas zonas, está extendida por todo el territorio excepto en lugares fríos o algunas zonas de la montaña de Orense», explica en conversación con ABC, Xesús Asorey, presidente de la Asociación Galega de Apicultores (AGA).
Según este colectivo, las velutinas encontraron en Galicia «el clima idóneo para reproducirse», la ausencia de un depredador que impidiese su avance y «comida suficiente» para instalarse en la Comunidad, restándole espacio a las abejas gallegas. Como resultado, AGA cifra en torno a un 30-40% las pérdidas en la producción apícola derivadas de la presencia de esta especie exótica invasora, lo que ha llevado a los productores a instalar todo tipo de sistemas y trampas caseras para reducir los estragos de la avispa asiática en sus apiarios.
«Cada uno por su cuenta inventa un sistema para capturarlas, hay quien rellena frascos con algún líquido atrayente para que vayan ahí pero se captura una cantidad muy pequeña. Es como intentar vaciar el océano a cubos», explica Xesús Asorey.
Tras meses de investigaciones, la asociación que preside ha logrado aplicar un novedoso sistema perfeccionado por apicultores e investigadores gallegos que se ha revelado como «muy eficaz» para proteger las colmenas frente a la velutina. Se trata de la conocida como arpa eléctrica, una estructurade protección que, gracias a la corriente, permite mantener alejadas a las avispas asiáticas mientras las abejas autóctonas realizan su actividad con normalidad. Desde AGA se muestran «muy satisfechos» con sus efectos, hasta el punto que ya han difundido en su página web una guía para que los apicultores elaboren de forma artesanal trampas de este tipo.
No obstante, todas las organizaciones involucradas en la lucha contra el avance de la velutina recuerdan que este tipo de métodos «son insuficientes» y es preciso un mayor compromiso de las administraciones para intentar reducir la incidencia de esta especie invasora en las colmenas gallegas.
En el caso de la plataforma «Stop velutina», su portavoz, Laura García, reclama la creación de un «organismo único» en el que tengan voz apicultores, fruticultores, expertos universitarios y otros colectivos implicados para estudiar en conjunto las medidas a aplicar ante esta amenaza. Además, la portavoz de la asociación incide en la importancia de apostar por la rama investigadora de cara a encontrar «algún tipo de feromona, hongo o batería respetuosa con el medio ambiente» para frenar el avance de esta especie invasora a través de la lucha biológica.
Una lucha para la que, señala, hace falta una mayor dotación presupuestaria de la que existe en la actualidad. «Le pedimos a la Xunta que se ponga las pilas en la firma de convenios con las universidades. Sabemos que existen acuerdos para el intercambio de información, pero eso no es suficiente, hay dotar de fondos a los laboratorios para que estudien esta especie de la que prácticamente no sabemos nada», asegura.
Implicación social
En todo caso, tanto desde la Asociación Galega de Apicultura como desde la plataforma Stop Velutina explican que la amenaza que supone la presencia de la avispa asiática no debe enfocarse solo como una problemática agropecuaria o ganadera, ya que se trata de una cuestión «de gran dimensión medioambiental» que afecta directamente a buena parte de los alimentos que tomamos en nuestro día a día.
«Es una cuestión social y la implicación debe ser muy amplia. Tiene que participar toda la sociedad, los niños en las escuelas. Solo de esta manera se podrá reducir el número de nidos», concluye Xesús Asorey.
«Es una cuestión social y la implicación debe ser muy amplia. Tiene que participar toda la sociedad, los niños en las escuelas. Solo de esta manera se podrá reducir el número de nidos», concluye Xesús Asorey.
Fuente: http://www.abc.es/espana/galicia/abci-imparable-avance-avispa-velutina-201709231843_noticia.html
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