Recomendaciones para el control de varroa El ácaro V. destructor causa anualmente serias pérdidas en la producción apícola del país. En muchos casos ocasiona la muerte de las colonias, pero en otros genera serias pérdidas de producción, debido a un debilitamiento general de las colmenas. Esto se hace más acentuado en regiones con inviernos severos, o en áreas con escasez de polen donde el déficit proteico ocasionado suele causar la muerte de las colmenas. Los casos de varroasis son más severos en zonas donde los inviernos son poco rigurosos y la cría permanece durante todo el período facilitando una reproducción ininterrumpida del ácaro mientras disminuye paulatinamente la población de abejas.
Por estos motivos, entrar a la invernada con alto número de abejas, buena cantidad de reservas y sobre todo un bajo número de ácaros es imprescindible para lograr un buen desarrollo de las colmenas durante la primavera.
Existen muchas opciones de control en el mundo, pero es necesario diseñar estrategias de control en cada región o en cada país ya que tanto el ácaro como las características climatológicas, íntimamente vinculadas a su reproducción, son propias de cada lugar.
Sin embargo, existe un consenso mundial sobre la necesidad de incorporar al calendario de tratamientos contra el ácaro una aplicación de acaricidas hacia fin de la cosecha, llamado tratamiento de verano (Imdorf, et al. 1996; Elzen, et al, 2001). Este tratamiento permite disminuir la carga de Varroa a fines de verano e ingresar al otoño, momento de gran reproducción, con un reducido número de ácaros.
Sumado a esto, algunas publicaciones de investigadores norteamericanos e italianos, han vislumbrado la posibilidad de la reutilización de los piretroides luego de un período de carencia de al menos dos años.
Con toda esta información, las instituciones que conforman la CONASA, hemos confeccionado un plan de control estratégico tendiente a disminuir las poblaciones de Varroa en las colmenas y los riesgos de que permanezcan residuos de los productos utilizados en la miel.
Plan estratégico
La magnitud del alcance de la enfermedad dependerá principalmente de las condiciones ecológicas de cada región y de la movilización de colmenas por diferentes zonas, que varían por lo general, adelantando la proliferación del ácaro.
La siguiente estrategia consiste en aplicar una serie de tratamientos que consideramos indispensables y se basa en cuatro pilares fundamentales necesarios para asegurar el éxito de la misma:
1.- La rotación de acaricidas;
2- La suspensión por dos años de los piretroides;
3.- El aumento en la utilización de acaricidas orgánicos;
4.-La evaluación del grado de infestación antes y después de aplicado el tratamiento.
Los pilares de la estrategia
Interrupción del control con piretroides
Se recomienda la suspensión durante al menos dos años del uso de piretroides para el control de Varroa.
Esta medida es tomada para evitar o disminuir el fenómeno de la resistencia a los piretroides y volver a utilizarlos dentro de dos temporadas. Los piretroides en cuestión son:
Flumetrina
Fluvalinato
Acrinatrina
Pirmetrina
Es posible que en varias zonas del país, los piretroides aún mantengan o hayan disminuido muy poco la eficacia que presentaron en un principio. Pero en varias regiones esa eficacia se ha perdido gracias al desarrollo de resistencia por parte de los ácaros. Es por ello que se debería suspender su uso en todo el territorio nacional durante al menos dos años para eliminar las descendencias de varroas resistentes y poder reutilizarlos luego, con éxito. Si se lo se deja de usar en algunas regiones no pasará mucho tiempo hasta que las poblaciones resistentes en las que se siguió utilizando lleguen a esos lugares tornando inútil el tiempo esperado.
Rotación de los principios activos
Es indispensable para evitar el fenómeno de la resistencia a los acaricidas utilizados actualmente, la rotación obligatoria de los productos.
Para lo cual Ud. debe saber:
El nombre y la dosis del activo con el que se elabora el acaricida adquirido. La fecha de vencimiento de las drogas.
A modo de ejemplo:
Si Ud. curó en el otoño con Amitraz, en primavera lo debe hacer con algún ácido orgánico.
Aunque los acaricidas orgánicos por definición no producen resistencia, no es aconsejable utilizar siempre el mismo acaricida orgánico, a fin de evitar mecanismos comportamentales de Varroa, que disminuyan la eficacia de los acaricidas.
Evitar los residuos
Para evitar los residuos en mieles es indispensable conocer el momento de aplicación de cada una de las drogas a utilizar.
Drogas como cimiazol o Amitraz, deben administrarse básicamente en otoño, luego de la última cosecha.
En primavera es aconsejable utilizar acaricidas orgánicos (Oxálico, fórmico, timol, rotenona). Tenga en cuenta que los acaricidas deben dejar de aplicarse al menos ocho semanas antes de la mielada. Utilice las dosis recomendadas y en la forma de aplicación que fueron estudiadas.
En general para disminuir las visitas a los apiarios se varían las formas de aplicación generando problemas colaterales como residuos o mayor nocividad para las abejas, disminuyendo a la vez la eficacia.
Evaluación del nivel de infestación
En muchos casos, una vez realizados los tratamientos muchos apicultores esperan hasta las próximas revisaciones para ver el estado de las colmenas. Por ser la varroasis una de las principales causas de pérdidas de colmenas, es básico conocer cómo funcionó el acaricida que empleamos, ya que por cambios en el clima, alto nivel de infestación, apiarios cercanos sin tratar, principios activos sin la eficacia suficiente o mal administrados, podemos mantener una alta carga de ácaros en el apiario tratado.
Para realizar los diagnósticos pre y pos tratamiento podemos utilizar el método De Jong modificado por Marcangeli, que consiste en recolectar con un frasco una muestra de 200 a 300 abejas tomadas de ambas caras de tres cuadros de cría de cada colmena. Para hacer un análisis correcto debemos muestrear por lo menos un 20% de las colmenas del apiario.
Una vez obtenida la muestra le agregamos agua, un poco de detergente y un chorrito de alcohol para evitar la formación de mucha espuma. Luego batimos bien y colamos el contenido sobre un tamiz o trapo blanco y contamos las abejas y los ácaros.
La cantidad de varroas multiplicado por cien y dividido por el número de abejas nos dará el porcentaje de infestación. Luego del tratamiento, este porcentaje no debería ser mayor al 3 por ciento.
Tratamiento zonal coordinado
Como quinto pilar se puede considerar a la coordinación zonal entre apicultores para la realización de tratamientos simultáneos en todos los apiarios. De esta manera se evita la reinfestación a través de los apiarios cercanos.
Conéctese con la Asociación, Centro, Sociedad o Cooperativa Apícola de su zona para comenzar a coordinar los tratamientos en cuanto a fechas y productos a utilizar.
Plan de curas
El plan consiste en varios (dos o tres) tratamientos indispensables durante el primer año y una evaluación del éxito a fin de temporada y la elaboración del plan para el segundo año.
La cantidad de tratamientos variará según el ciclo que tenga cada grupo de colmenas y en las zonas donde se desarrollen.
A.- En las zonas con inviernos rigurosos, en donde la primavera comienza tarde y no hay desarrollo de cría durante el invierno, son aconsejables dos tratamientos.
Primaveral tardío – cuando empiece a desarrollarse la cría pero no se ha extendido totalmente- que atacará los ácaros en estado forético, con un acaricida orgánico o de baja residualidad.
Principios de otoño – cuando se termina la cosecha y empieza a disminuir el nido de cría.
En estas zonas se trata aproximadamente cada seis meses.
B.- En las zonas con inviernos no tan rigurosos, o en el caso de la trashumancia, es aconsejable hacer tres tratamientos.
Los tratamientos indispensables para el primer año se realizarán en las siguientes fechas:
Principios de primavera: consistirá en un tratamiento de las colmenas cuando el nido de cría empieza a expanderse. Atacará básicamente a los ácaros en estado forético. (desde mediados de Agosto hasta fines de Septiembre).
Un tratamiento de Verano, al finalizar la cosecha, con acaricidas que puedan actuar sobre los ácaros en estado forético y a la salida de su periodo reproductivo (durante la segunda quincena de febrero).
Un tratamiento de otoño, aplicado cuando el nido de cría se halla reducido en forma importante y los ácaros se hallen en su totalidad en estado forético (sobre las abejas).
En estos casos es importante desarrollar a la vez técnicas de manejo que disminuyan el número total de ácaros, como ser, la formación de núcleos con mayor cantidad de cría operculada y, realizar un tratamiento luego de quince días de formados ya que antes que comience la postura de la nueva reina siempre existirá un período en donde todas las varroas estén sobre las abejas.
Lista de acaricidas a utilizar en cada uno de los momentos
Agosto septiembre:
Oxálico
Fórmico
Rotenona
Timol
Febrero Marzo
Fórmico.
Amitraz.
Abril Mayo
Timol
Oxálico.
Amitraz.
Cimiazol
Rotenona
Otra de las opciones para mantener baja la población de ácaros, sobre todo en pequeñas explotaciones debido a lo engorroso del método, es utilizar cuadros zanganeros. Hay estudios que confirman la eliminación del 60% de varroas mediante la incorporación y posterior eliminación una vez operculados, de dos cuadros zanganeros.
Por otro lado, durante toda la temporada los apicultores podrán utilizar mecanismos para la disminución de la carga del ácaro, pero que es sabido no controlan las poblaciones. Los mecanismos permitidos son:
Pisos trampa para Varroa.
Utilización de vaselina.
Importante: El uso de cualquiera de estos mecanismos, no elimina ninguno de los tratamientos indispensables para el control de Varroa.
A raíz de la gran cantidad de información circulante que carece de rigor científico en torno al uso de la vaselina y a la gran mortandad causada en colmenas sólo tratadas con vaselina, nos vemos en la obligación de advertir, que la vaselina no es un acaricida y que su eficacia real no supera los límites de daño económico.
Conasa (Comisión Nacional de Sanidad Apícola) Dirección de Industria Alimentaria, Sagpya
Por estos motivos, entrar a la invernada con alto número de abejas, buena cantidad de reservas y sobre todo un bajo número de ácaros es imprescindible para lograr un buen desarrollo de las colmenas durante la primavera.
Existen muchas opciones de control en el mundo, pero es necesario diseñar estrategias de control en cada región o en cada país ya que tanto el ácaro como las características climatológicas, íntimamente vinculadas a su reproducción, son propias de cada lugar.
Sin embargo, existe un consenso mundial sobre la necesidad de incorporar al calendario de tratamientos contra el ácaro una aplicación de acaricidas hacia fin de la cosecha, llamado tratamiento de verano (Imdorf, et al. 1996; Elzen, et al, 2001). Este tratamiento permite disminuir la carga de Varroa a fines de verano e ingresar al otoño, momento de gran reproducción, con un reducido número de ácaros.
Sumado a esto, algunas publicaciones de investigadores norteamericanos e italianos, han vislumbrado la posibilidad de la reutilización de los piretroides luego de un período de carencia de al menos dos años.
Con toda esta información, las instituciones que conforman la CONASA, hemos confeccionado un plan de control estratégico tendiente a disminuir las poblaciones de Varroa en las colmenas y los riesgos de que permanezcan residuos de los productos utilizados en la miel.
Plan estratégico
La magnitud del alcance de la enfermedad dependerá principalmente de las condiciones ecológicas de cada región y de la movilización de colmenas por diferentes zonas, que varían por lo general, adelantando la proliferación del ácaro.
La siguiente estrategia consiste en aplicar una serie de tratamientos que consideramos indispensables y se basa en cuatro pilares fundamentales necesarios para asegurar el éxito de la misma:
1.- La rotación de acaricidas;
2- La suspensión por dos años de los piretroides;
3.- El aumento en la utilización de acaricidas orgánicos;
4.-La evaluación del grado de infestación antes y después de aplicado el tratamiento.
Los pilares de la estrategia
Interrupción del control con piretroides
Se recomienda la suspensión durante al menos dos años del uso de piretroides para el control de Varroa.
Esta medida es tomada para evitar o disminuir el fenómeno de la resistencia a los piretroides y volver a utilizarlos dentro de dos temporadas. Los piretroides en cuestión son:
Flumetrina
Fluvalinato
Acrinatrina
Pirmetrina
Es posible que en varias zonas del país, los piretroides aún mantengan o hayan disminuido muy poco la eficacia que presentaron en un principio. Pero en varias regiones esa eficacia se ha perdido gracias al desarrollo de resistencia por parte de los ácaros. Es por ello que se debería suspender su uso en todo el territorio nacional durante al menos dos años para eliminar las descendencias de varroas resistentes y poder reutilizarlos luego, con éxito. Si se lo se deja de usar en algunas regiones no pasará mucho tiempo hasta que las poblaciones resistentes en las que se siguió utilizando lleguen a esos lugares tornando inútil el tiempo esperado.
Rotación de los principios activos
Es indispensable para evitar el fenómeno de la resistencia a los acaricidas utilizados actualmente, la rotación obligatoria de los productos.
Para lo cual Ud. debe saber:
El nombre y la dosis del activo con el que se elabora el acaricida adquirido. La fecha de vencimiento de las drogas.
A modo de ejemplo:
Si Ud. curó en el otoño con Amitraz, en primavera lo debe hacer con algún ácido orgánico.
Aunque los acaricidas orgánicos por definición no producen resistencia, no es aconsejable utilizar siempre el mismo acaricida orgánico, a fin de evitar mecanismos comportamentales de Varroa, que disminuyan la eficacia de los acaricidas.
Evitar los residuos
Para evitar los residuos en mieles es indispensable conocer el momento de aplicación de cada una de las drogas a utilizar.
Drogas como cimiazol o Amitraz, deben administrarse básicamente en otoño, luego de la última cosecha.
En primavera es aconsejable utilizar acaricidas orgánicos (Oxálico, fórmico, timol, rotenona). Tenga en cuenta que los acaricidas deben dejar de aplicarse al menos ocho semanas antes de la mielada. Utilice las dosis recomendadas y en la forma de aplicación que fueron estudiadas.
En general para disminuir las visitas a los apiarios se varían las formas de aplicación generando problemas colaterales como residuos o mayor nocividad para las abejas, disminuyendo a la vez la eficacia.
Evaluación del nivel de infestación
En muchos casos, una vez realizados los tratamientos muchos apicultores esperan hasta las próximas revisaciones para ver el estado de las colmenas. Por ser la varroasis una de las principales causas de pérdidas de colmenas, es básico conocer cómo funcionó el acaricida que empleamos, ya que por cambios en el clima, alto nivel de infestación, apiarios cercanos sin tratar, principios activos sin la eficacia suficiente o mal administrados, podemos mantener una alta carga de ácaros en el apiario tratado.
Para realizar los diagnósticos pre y pos tratamiento podemos utilizar el método De Jong modificado por Marcangeli, que consiste en recolectar con un frasco una muestra de 200 a 300 abejas tomadas de ambas caras de tres cuadros de cría de cada colmena. Para hacer un análisis correcto debemos muestrear por lo menos un 20% de las colmenas del apiario.
Una vez obtenida la muestra le agregamos agua, un poco de detergente y un chorrito de alcohol para evitar la formación de mucha espuma. Luego batimos bien y colamos el contenido sobre un tamiz o trapo blanco y contamos las abejas y los ácaros.
La cantidad de varroas multiplicado por cien y dividido por el número de abejas nos dará el porcentaje de infestación. Luego del tratamiento, este porcentaje no debería ser mayor al 3 por ciento.
Tratamiento zonal coordinado
Como quinto pilar se puede considerar a la coordinación zonal entre apicultores para la realización de tratamientos simultáneos en todos los apiarios. De esta manera se evita la reinfestación a través de los apiarios cercanos.
Conéctese con la Asociación, Centro, Sociedad o Cooperativa Apícola de su zona para comenzar a coordinar los tratamientos en cuanto a fechas y productos a utilizar.
Plan de curas
El plan consiste en varios (dos o tres) tratamientos indispensables durante el primer año y una evaluación del éxito a fin de temporada y la elaboración del plan para el segundo año.
La cantidad de tratamientos variará según el ciclo que tenga cada grupo de colmenas y en las zonas donde se desarrollen.
A.- En las zonas con inviernos rigurosos, en donde la primavera comienza tarde y no hay desarrollo de cría durante el invierno, son aconsejables dos tratamientos.
Primaveral tardío – cuando empiece a desarrollarse la cría pero no se ha extendido totalmente- que atacará los ácaros en estado forético, con un acaricida orgánico o de baja residualidad.
Principios de otoño – cuando se termina la cosecha y empieza a disminuir el nido de cría.
En estas zonas se trata aproximadamente cada seis meses.
B.- En las zonas con inviernos no tan rigurosos, o en el caso de la trashumancia, es aconsejable hacer tres tratamientos.
Los tratamientos indispensables para el primer año se realizarán en las siguientes fechas:
Principios de primavera: consistirá en un tratamiento de las colmenas cuando el nido de cría empieza a expanderse. Atacará básicamente a los ácaros en estado forético. (desde mediados de Agosto hasta fines de Septiembre).
Un tratamiento de Verano, al finalizar la cosecha, con acaricidas que puedan actuar sobre los ácaros en estado forético y a la salida de su periodo reproductivo (durante la segunda quincena de febrero).
Un tratamiento de otoño, aplicado cuando el nido de cría se halla reducido en forma importante y los ácaros se hallen en su totalidad en estado forético (sobre las abejas).
En estos casos es importante desarrollar a la vez técnicas de manejo que disminuyan el número total de ácaros, como ser, la formación de núcleos con mayor cantidad de cría operculada y, realizar un tratamiento luego de quince días de formados ya que antes que comience la postura de la nueva reina siempre existirá un período en donde todas las varroas estén sobre las abejas.
Lista de acaricidas a utilizar en cada uno de los momentos
Agosto septiembre:
Oxálico
Fórmico
Rotenona
Timol
Febrero Marzo
Fórmico.
Amitraz.
Abril Mayo
Timol
Oxálico.
Amitraz.
Cimiazol
Rotenona
Otra de las opciones para mantener baja la población de ácaros, sobre todo en pequeñas explotaciones debido a lo engorroso del método, es utilizar cuadros zanganeros. Hay estudios que confirman la eliminación del 60% de varroas mediante la incorporación y posterior eliminación una vez operculados, de dos cuadros zanganeros.
Por otro lado, durante toda la temporada los apicultores podrán utilizar mecanismos para la disminución de la carga del ácaro, pero que es sabido no controlan las poblaciones. Los mecanismos permitidos son:
Pisos trampa para Varroa.
Utilización de vaselina.
Importante: El uso de cualquiera de estos mecanismos, no elimina ninguno de los tratamientos indispensables para el control de Varroa.
A raíz de la gran cantidad de información circulante que carece de rigor científico en torno al uso de la vaselina y a la gran mortandad causada en colmenas sólo tratadas con vaselina, nos vemos en la obligación de advertir, que la vaselina no es un acaricida y que su eficacia real no supera los límites de daño económico.
Conasa (Comisión Nacional de Sanidad Apícola) Dirección de Industria Alimentaria, Sagpya
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