06 enero 2011

ESPECIAL LOQUE AMERICANA

Por M. del Hoyo*, E. Bedascarrasbure°, A. Palacio', M. Basualdo* y E. Figini*
* Facultad de Ciencias Veterinarias (UNCPBA), ° INTA, ' Facultad de Ciencias Agrarias (UNMDP). / Miembros del PROAPIDIEZ AÑOS CON LOQUE AMERICANA EN ARGENTINALa loque americana o familiarmente "la loque" como la conocen los apicultores, comenzó a producir perdidas y problemas en Argentina en 1989, A partir de ese momento la apicultura de este país, ya no fue igual. Durante los primeros años, se suscitaron una innumerable cantidad de problemas, básicamente relacionados con el hecho de esconder el problema para no ser acusados de malos apicultores o portadores de una peste contagiosa, que complicaba el comercio, básicamente de abejas.
Durante este período, denominado por muchos técnicos como la etapa "muda", se sucedieron barreras sanitarias, peleas de apicultores, poca información y mucho miedo a contraer la infección. Debido a que nadie denunciaba la enfermedad no se tienen cifras exactas de la cantidad de colmenas muertas o enfermas durante ese tiempo pero algunos técnicos han reconocido que durante esta etapa la incidencia superaba el 15% lo cual involucraba mas de 200.000 colmenas afectadas.
Primeras accionesLa situación no varió mucho hasta 1993, donde comenzó la etapa de "reconocimiento". Algunos apicultores, desesperados por el avance de la enfermedad comenzaron a solicitar al INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y a las Universidades mayor información, se comenzaron a dictar charlas en todos los puntos del país y fue el motivo de conversación de cuanta reunión apícola se realizó en este período. También durante esta etapa comenzaron a elaborarse estrategias de manejo que aun hoy se utilizan con éxito en Argentina, y así se incorporaron al vocabulario de los apicultores nuevas palabras antes desconocidas: cepillado, paquete sanitario, quemado, incinerado, desinfección, parafinador, autoclave, cera esterilizada, etc. cosas tan comunes hoy en día que parece mentira que 7 u 8 años atrás no existieran.
En 1994 se realizó un Taller Internacional que reunió a especialistas internacionales y nacionales, para elaborar una estrategia combinada en todo el país. De este modo y ayudados por una coyuntura de precios altos en los años subsiguientes se comenzó a desarrollar el programa de "Control de Loque Americana". Pocos apicultores quedaron en el país que no conocían este flagelo y ante el mínimo caso se tomaban medidas por parte de ellos. Se quemaron miles de colmenas, se cepillaron cientos de miles, se paquetearon y se puede decir también que de algún modo todo el material que vuelve del campo por cualquier motivo (muertas de hambre, huérfanas o enfermas por cualquier causa), se desinfecta conscientemente antes de volver a utilizarlo.
Comenzamos a vivir una etapa de "maduración" que lleva implícito los vaivenes lógicos de las enfermedades contagiosas. Así la enfermedad pasa por momentos de un control casi total a focos peligrosos en distintas regiones, siempre relacionados con un singular número de problemas.
La concienciación del productor sobre la seriedad del problema llevó a una transformación de la industria apícola, la cual a su vez, generó tecnología tendente a reducir el número de esporas y consecuentemente la incidencia de la enfermedad. Hoy, existen varias plantas de cera estampada que eliminan los esporas de la cera, y empresas que fabrican parafinadores.
Las Cooperativas y Asociaciones de Apicultores, por su parte, utilizan extractores comunitarios adaptados para su desinfección entre una extracción y la siguiente. Los camiones que recogen borra o cuadros viejos tienen cubiertas protectoras que no permiten el pillaje.
Con muchísimo esfuerzo y a un costo enorme de mano de obra y material, se ha logrado mermar la difusión de la loque.
Ganamos experienciaHoy podemos decir que Argentina es de los países que más saben de esta enfermedad, tiene un equipo de jóvenes profesionales con amplia experiencia de campo y los apicultores manejan relativamente bien los tiempos epidemiológicos para el control. Poca es la información que Argentina ofrece al mundo, particularmente porque los problemas cotidianos dejan poco tiempo para escribir, mas de dos millones de colmenas, ofrecen un abanico de circunstancias que parecen no acabar.
Pero sin lugar a dudas los técnicos argentinos están en condiciones de mantener controlada esta enfermedad, solo necesitan apoyo gubernamental y trabajo. Cualquier técnico puede reconocer una situación de riesgo, los factores predisponentes, y detectar un foco nuevo de loque americana mucho tiempo antes de que éste se produzca, lo que hace que en la mayoría de los casos sean controlados o corregidos a tiempo. Igualmente y por problemas que veremos mas adelante, siempre aparecen nuevos y peligrosos brotes de esta enfermedad, tan difícil de controlar.
Qué hacen los apicultoresEl apicultor habitualmente utiliza todas las herramientas con las que cuenta; de este modo mezcla la quimioterapia, con las medidas de manejo, sabiendo de ante mano que con las primeras solo pone un freno temporal al problema y con las segundas empieza a realizar cirugía.
En términos generales cuando un apicultor encuentra colmenas enfermas en su colmenar, las retira, dependiendo del grado de infección. A las colmenas que quedan en el apiario suele curarlas con un antibiótico, no siendo ésta una practica generalizada; las colmenas enfermas se cepillan o paquetean y el material se desinfecta generalmente con parafina caliente (ver recuadros).
Una vez recicladas, las colmenas vuelven al apiario seguramente el próximo año. En otros casos, cuando las colmenas son pocas, son directamente quemadas.
Qué hace el gobierno
El gobierno a través de sus proyectos apícolas ha implementado estos últimos años varias medidas, desde las "apidemostraciones" (jornadas de campo donde se enseñan todas las prácticas de control, directamente en las colmenas), que recorrieron el país enseñando a los apicultores a cepillar, paquetear, desinfectar, y a conocer la enfermedad, hasta las charlas técnicas que podemos contar por cientos en un país tan grande como diverso.
Desde el proyecto donde pertenecemos la mayoría de los técnicos, el PROAPI o Proyecto Integrado de Desarrollo Apícola, que involucra al INTA, las Universidades de Mar del Plata, del Centro y de Córdoba y algunos gobiernos provinciales, se organizaron las "apidemostraciones" y varios cursos para "promotores apícolas" (profesionales jóvenes que se insertan en el medio apícola). Estos cursos permiten multiplicar, a través de ellos, los nuevos conocimientos e intercambiar con promotores mas experimentados las nuevas visiones del avance de ésta y otras enfermedades.
Por otro lado un Programa de Mejoramiento Genético de Abejas, (iniciado en 1992) básicamente enfocado a la resistencia a enfermedades de la cría, comienza a dar sus primeros resultados concretos en cuanto al control de esta enfermedad. Actualmente se comercializan en Argentina mas de 20.000 reinas con la característica de alto comportamiento higiénico, y se prevé cuadriplicar esta cifra en los próximos dos años. Esto podría aumentar la frecuencia de genes higiénicos a nivel del país durante la próxima década.
A su vez varios gobiernos provinciales han implementado medidas políticas y sanitarias para controlar la enfermedad.
La situación actualEl avance de la varroasis (cada vez más difícil de controlar) y la baja de los precios internacionales de la miel, han hecho que los apicultores en determinadas regiones pierdan un poco el control, lo que sumado a una menor presión del gobierno, ha desencadenado en la aparición de algunos focos esporádicos, sobre todo en regiones donde la sequía, la superpoblación de colmenas y la varroasis han hecho estragos en las colmenas. Estas situaciones de estrés y la menor atención (cantidad de visitas a los colmenares) son factores desencadenantes en la aparición de esta enfermedad.
Si bien estamos lejos de aquellos grandes focos de la etapa muda y de reconocimiento, es una luz de alerta para que los apicultores no bajen los brazos.
Asimismo, la incidencia dentro de los apicultores profesionales es muy baja, no superando en los peores
casos el 2% y en términos generales no supera el 3% del total de las colmenas de una región.
Con mucho trabajo y un programa concreto, Argentina ha superado un problema complejo.
CÓMO DARSE CUENTA DE UN POSIBLE FOCOVarios son los aspectos que un buen técnico observa, para poder establecer de antemano que algún problema asociado a bacterias esta apareciendo en los colmenares.
Factores en el colmenar
• Mayor recambio de reinas de lo normal.
• Colmenas desparejas (núcleos, cámaras y colmenas con tres o más alzas dentro de los colmenares).
• Gran cantidad de colmenas huérfanas.
• Poca producción de miel, de núcleos o de abejas.
• Gran disparidad en el desarrollo de la población de las colmenas de un apiario.
• Algunas colmenas muertas con cría y sin abejas.
Factores dentro de la colmenas• Desorden de la cámara de cría.
• Poca población.
• Panales engrasados y malolientes.
• Cría salteada.
• Opérculos hundidos y engrasados.
• Opérculos perforados.
• Larvas con consistencia de chicle.
• El color de algunas larvas cambia de blanco a marrón claro y marrón oscuro.
• Escamas adheridas a la pared inferior de la celda.
• Larva pupal hacia el centro de la celda.
Uno o varios de estos signos son suficientes para comenzar a tener sospechas de presencia de loque americana en las colmenas.

FACTORES PREDISPONENTES• Colmenas enfermas, principalmente atacados por Varroa.
• Hambre.
• Alimentación con miel (practica ya casi no usada en Argentina).
• Colmenas abandonadas.
• Poca revisión de las colmenas.
• Poco recambio de panales en la cámara de cría.
• Deficiente desinfección del material.
• Pillaje.
• Pillaje en salas de extracción.
• Colmenares en zonas muy pobladas de colmenas.

PROCEDIMIENTO DEL CEPILLADO
Dicho procedimiento consiste en:
1) Apartar la colmena de su lugar y colocar un nuclero vacío o una cámara con tres panales de cera estampada y un alimentador con jarabe.
2) Sacudir los cuadros de abejas fuera o dentro de la cámara con alimentador, cuidando colocar la reina dentro de la cámara entre los panales de cera estampada.
3) Los marcos de la colmena con cría deben ser incinerados indefectiblemente y la cámara desinfectada. Los cuadros con cera podrán fundirse y utilizarse para estampado. La miel se podrá extraer sin problemas para ser utilizarla para consumo humano, pero "nunca deberá alimentar a las abejas con esa miel".
4) El núcleo cámara, en el que se han sacudido las abejas, se dejará en el mismo lugar.
5) En el momento que las abejas hayan labrado y contenga las primeras larvas de obreras, se debe añadir en el alimentador jarabe con antibiótico.
Después de que las abejas hayan labrado los primeros tres marcos podrán añadir marcos de cera obrada, ya que las abejas habrán utilizado toda la miel contaminada en el proceso de labrado de cera.
El parafinado del material se está extendiendo cada vez más entre los apicultores; en las fotos, una vista general del parafinador dHT utilizado para la desinfección con parafinas (izquierda); ubicación del material dentro del canasto del dHT e introducción del canasto en el parafinador
DESINFECCIÓN• Los ensayos realizados en Argentina, han dado buenos resultados utilizando parafina a 160º C, o aceite de lino a la misma temperatura durante 10 minutos. El aceite de lino pierde temperatura en cada uno de las sucesivos recalentamientos, por lo cual para obtener buenos resultados, el material debe permanecer cada vez mas tiempo sumergido, llegando a 20 minutos a una temperatura de 120º C. Por estas razones, la mayor parte de los apicultores utilizan parafina. En el país existen centenares de parafinadores, comúnmente llamados "dHT".
• La mejor parafina que se puede utilizar es aquella que tiene un grado de fusión de 60º C.
• Es importante recalcar que temperaturas inferiores a 135º C, no ofrecen resultados satisfactorios de desinfección y aumentan ampliamente el consumo de parafina o aceites.
• Debido al costo de la parafina y del aparato, la utilización del mismo solo se justifica para grandes productores, cooperativas o grupo de apicultores.
• Se utiliza también la desinfección con autoclave, algunas empresas ofrecen el servicio de desinfección a apicultores en grandes autoclaves industriales. Tiene la ventaja de poder desinfectar grandes cantidades de colmenas en poco tiempo.
• Los apicultores con poca incidencia de loque americana utilizan el fuego como una herramienta para la desinfección.

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