Aunque la cantidad detectada no es tóxica para los humanos, sí es letal para la supervivencia de las colmenas de abejas, un insecto necesario para polinizar muchos de los cultivos de los que nos alimentamos.
Desde hace algunos años varios apicultores del mundo empezaron a notar que sus colmenas de abejas empezaron a colapsar. La razón, decían, era el excesivo uso de pesticidas que se regaban en los cultivos y que terminaban por matar a estos polinizadores. Llegar a comprobarlo no fue tarea fácil, pues se tuvieron que enfrentar a gigantes como Syngenta y Bayer, las multinacionales encargadas de producir algunos de los neonicotinoides a los que se les echaba la culpa. Estas, claramente, no estaban dispuestas a aceptar la relación.
Pero en julio de este año se publicó un estudio que saldó la disputa. Después de investigar 33 cultivos en Alemania, Reino Unido y Hungría, la investigación concluyó que los neonicotinoides, un tipo de pesticida que afecta el sistema nervioso central de las abejas, sí incide en la supervivencia de sus colonias y que, junto a otros pesticidas, crean una sopa tóxica para ellas. El estudio, por cierto, fue financiado por ambas empresas, pero negado una vez se supieron los resultados.
Hoy la ciencia tiene un nuevo argumento. Un estudio publicado recientemente en Science encontró rastros de pesticidas en el 75% de las muestras de miel de todo el mundo. Aunque no tienen una cantidad que pueda afectar a los humanos, estos rastros de pesticidas sí pueden ser letales para las abejas, advierte la investigación.
Con colaboración de varios voluntarios el equipo logró recoger 198 muestras de miel de los cinco continentes. Luego, las analizaron para ver si contenían trazas de cinco de los principales neonicotinoides. ¿La conclusión? El 75% tenía rastros de algunos de estos plaguicidas, casi la mitad tenían dos o más e, incluso, el 10% de las muestras contenían una sopa tóxica de cuatro o cinco de ellos.
Por su parte, los continentes que tenían las mieles más contaminadas fueron Norteamérica (86%), Asia (80%) y Europea (79%). Los que menos: América Latina (57%) y Oceanía (64%). Cifras que de todas maneras no dejan de ser altas para las abejas.
En cuanto a la toxicidad para los humanos la investigación aclara que no hay peligro. La media de la cantidad de pesticida encontrada en las muestras positivas fue de 1,8 nanogramos por gramo de miel. La Unión Europea, por ejemplo, tiene límites mínimos que van desde los 10 ng a los 50 ng dependiendo del neonicotinoide.
Lo cierto, es que estudio se convierte en un segundo llamado de alerta para que los países regulen el uso de estos pesticidas. A finales de este año, por ejemplo, la Unión Europea decidirá si le ponen moratorio o prohibición parcial a ciertos neonicotinoides. Si el colapso de abejas se vuelve un problema mundial, esto podría traducirse en una crisis alimentaria mayor a la que existe, ya que son ellas las que polinizan varios de los cultivos de los que nos alimentamos los humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias - Thank you.