Por: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
En un mercado cada vez más demandante y con consumidores más exigentes, los apicultores deben producir más y mejor. Recomendaciones técnicas de los especialistas.
Los consumidores imponen requerimientos de calidad que demandan de los apicultores mayor eficiencia y dedicación en sus actividades productivas. Para los especialistas la clave está en asociarse y trabajar acompañados por los técnicos.
Emilio Figini, técnico del INTA Cuenca del Salado, profundizó esta premisa: “Es fundamental que los productores se agrupen y caminen juntos por el sendero tecnológico a fin de producir mieles sin antibióticos, con gestión de la calidad y trazabilidad desde el colmenar”.
Para obtener mieles de calidad, el especialista consideró “fundamental” evitar la aplicación preventiva e indiscriminada de antibióticos y el reciclado y multiplicación de colmenas enfermas. Y recomendó “implementar estrategias de alimentación con suplementación proteica a base de jarabes, de acuerdo a la zona y carencias sufridas”.
El sendero tecnológico es una práctica que consta de una serie de pasos por los que debe transitar el productor para cumplimentar sus objetivos. “El primer paso es el del asociativismo e intercambio. Así, mediante la constitución de grupos de Cambio Rural, podrán participar de un espacio en el que compartirán experiencias y, en base a un objetivo en común y con asesoramiento técnico, motorizar cambios”, explicó Figini.
En segundo lugar, se trabajará con apiarios ubicados en un solo lugar sobre los que se aplicarán diversas técnicas de manejo. Figini destacó la importancia del rol del técnico asesor quien deberá “inspeccionar todas las colmenas, determinar su población, evaluar el nivel de reservas y el estado sanitario”.
En base a la información recabada, se detectarán desviaciones, se diagnosticará la situación productiva de cada integrante del grupo y se diagramará un plan de trabajo acorde.
En referencia a la multiplicación de las colonias, Leandro Frígoli, técnico del proyecto Cambio Rural del INTA, explicó que resulta “primordial” realizar esta práctica “en sintonía con la curva de floraciones, cuando la colmena está desarrollada y en condiciones de abundancia”.
Asimismo, Frígoli aseguró que para mantener colonias sanas y productivas es “fundamental el recambio de reinas”. Si bien se trata de una práctica poco utilizada –agregó– su implementación reduce la mortandad anual de colmenas al tiempo que estabiliza la producción.
Una de las claves para mejorar la eficiencia productiva está en saber el estado en que se encuentran las colmenas a la salida de la invernada, esta instancia constituye la plataforma sobre la cual se proyectará la multiplicación y define el potencial para la producción de miel.
Según Frígoli, es frecuente observar grandes pérdidas de colmenas por multiplicar fuera de época. Esto asociado a un deficiente control de Varroa puede terminar en una alta mortandad invernal en la pampa húmeda –con valores que suelen alcanzar el 40% de pérdida de colonias–.
“Si se revisa el momento y el estado de las colmenas que frecuentemente se multiplican encontraremos en parte la respuesta a las grandes pérdidas de colmenas que se reportan”, señaló el técnico quien además aseguró que la primera recomendación es la categorización de las colmenas –una vez pasado la invernada– con el objetivo de saber el nivel de población de los apiarios.
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