En la NASA, hay un póster de una abeja, el cual dice así:
"Aerodinámicamente el cuerpo de una abeja no está hecho para volar, lo bueno es que la abeja no lo sabe".
La ley física dice que una abeja no puede volar, cada principio aerodinámico dice que la envergadura de sus alas es muy pequeña para mantener su enorme cuerpo en vuelo.
Pero una abeja no lo sabe, no comprende la física, ella vuela de todas formas y eso es lo que todos debemos hacer volar, y volar, y superarnos, en cada momento, y ante cualquier obstáculo.
Según un biólogo junto con sus colegas del Instituto de California, dijeron que las abejas no la tienen fácil, pues sus alas son pequeñas en relación a su cuerpo, lo que significa que a diferencia de otros insectos las abejas hacen un esfuerzo mucho mayor para volar; aun así pueden suspenderse en el aire, luchar contra el viento, evadir a los depredadores y alzar el vuelo incluso si van cargadas con néctar o polen.
Los estudios muestran que muchos insectos mueven sus alas en largas aleteadas de barrido (de 145 a 165 grados) unas 200 veces por segundo. Pero las abejas baten sus alas en arcos breves (de alrededor de 90 grados), de modo que tienen que compensar con velocidad.
¿Cuánta veces bate sus alas? Hasta 240 batidas por segundo, -casi lo doble de lo que se esperaría, considerando su tamaño.
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