El 71% de los cultivos del mundo dependen de la polinización de las abejas y cerca del 90% de las plantas y flores silvestres también. Es decir, casi toda nuestra biodiversidad y alimentación, nuestras frutas y verduras, especialmente las manzanas, frutillas, almendras y tomates crecen por estos ruidosos pero hermosos insectos. Sin embargo, las abejas están desapareciendo en todo el mundo debido a los cambios y transformaciones que está viviendo nuestro planeta, el cambio climático, los plaguicidas, entre otros factores.
En el caso de los plaguicidas, estos causan la desorientación, malformaciones, reducen su capacidad olfativa, problemas para detectar sus colmenas y en el peor caso la muerte de estos importantes insectos. Otro factor que está matando a las abejas y por tanto, nuestra biodiversidad, son las alzas de temperatura, especialmente en Europa y Norteamérica.
¿Qué podemos hacer?
Considerando que los plaguicidas son la principal amenaza, una de las opciones más efectivas es la agricultura ecológica, sin la aplicación de plaguicidas y fertilizantes que dañen a nuestras polinizadoras naturales. Estas plantaciones ecológicas pueden producir la misma cantidad e incluso mejor calidad de frutas y verduras, solo es necesario incrementar el financiamiento y el apoyo del gobierno.
Además de la opción anterior, el simple cuidado del medio ambiente, con las pequeñas acciones que ya todos conocemos, puede colaborar a frenar el cambio climático y las altas temperaturas que las desorientan. Ya sabes… si ves una abeja, recuerda que ella colabora en tu alimentación y en la biodiversidad del planeta, ¡cuídala!
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