22 noviembre 2015

CHILE: Campaña para promocionar el consumo de miel.


Chile produce más de 11 mil toneladas de este producto de la apicultura por temporada, pero la mayor parte es exportada. Iniciativa busca acercar nivel de consumo al de los países europeos.

Algunas cifras: Chile ocupa el cuarto lugar entre los países productores de miel de Latinoamérica, detrás de México, Argentina y Brasil. La producción supera las 11 mil toneladas al año, de las cuales más de 8 mil toneladas se van a exportación, siendo Alemania el principal país de destino. A octubre de este año, los ingresos por exportaciones de miel sumaban 37,8 millones de dólares y van camino a batir un récord. De las explotaciones apícolas del país, el 92 por ciento está en manos de pequeños agricultores, la mayoría de ellos con menos de 150 colmenas.

Pero, ¿cuánta miel consumen los chilenos? En 2004 el consumo per cápita anual llegaba a 98 gramos, cifra que en diez años se incrementó a 170 gramos, lo que está muy lejos de los países europeos, donde el promedio es superior a un kilo. En la República Centroafricana las estadísticas se escapan a toda norma, ya que ahí el consumo es de 3 kilos por habitante al año.

Frente a este cuadro, la Federación Red Apícola Nacional, INDAP y SERCOTEC lanzaron, en el marco de la ExpoMundoRural 2015, una Campaña Nacional de Consumo de Miel, que busca fomentar e informar sobre los beneficios que este producto de la apicultura proporciona a quienes lo tienen incorporado a su dieta, además de acercar el nivel de consumo al de las naciones más desarrolladas.

Misael Cuevas, presidente de la organización que agrupa a los apicultores, afirmó que esta campaña tiene una mirada país, ya que involucra a toda la cadena de producción nacional, con miras a ampliar el espectro de consumidores. También dijo que hay otros productos de la colmena, como propóleo, cera, polen y jalea real, que cada vez son más conocidos y solicitados en los mercados internacionales

Juan Jiménez, jefe de Mercados de INDAP, valoró la iniciativa de la Red Apícola y dijo que se trata de un grupo muy organizado cuya preocupación va más allá de los temas gremiales y económicos. “El país tiene la necesidad de conocer más profundamente los alcances nutricionales y alimenticios de la miel y eso nos compromete para hacer los máximos esfuerzos como institución”, apuntó.

FUENTE: http://elurbanorural.cl/lanzan-campana-para-promocionar-beneficios-de-la-miel/

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19 noviembre 2015

¿Cómo evolucionó el aguijón de abeja? - How did the bee stinger evolve?

El aguijón de una abeja melífera se utiliza como un arma para defender la colmena. Está hecha de muchas piezas que se muestran en el diagrama de animación a continuación. Tómese un momento para empaparse bien de todo antes de seguir leyendo.

El aguijón consiste en una glándula de veneno, saco y el bulbo; varios músculos; dos bombas dentro de la bombilla veneno; y tres puntas (dos hojas de sierra de excavación y una barra estabilizadora para que las cuchillas trabajen). Las cuchillas se combinan con la varilla para formar un tubo hueco para la descarga del veneno.


Cuando la colmena es atacada por otros insectos, las abejas pueden picar a sus enemigos en múltiples ocasiones, la inyección de veneno mientras se quita el aguijón con seguridad después de cada puñalada. Cuando es atacado por los grandes animales parecidos a las aves o las personas, las abejas insertan el aguijón profundamente en la carne, entonces se desgarra el aguijón del cuerpo de la abeja junto con la glándula del veneno, bombas, y los músculos. El proceso mata a la abeja, pero permite que el aguijón continúe con la excavación y chorros de veneno asegurándose la atacante que se utilice cada gota.

Si alguna vez ha sido picado, usted sabe que no sólo es sorprendentemente doloroso, pero el aguijón, una vez separado de la abeja, es tan pequeña que es difícil de quitar. Es una forma muy eficaz para una pequeña criatura tal de defender su colmena contra los invasores como nosotros!


El aguijón de una abeja es lo que se conoce como una estructura de complejidad irreducible. Esto significa que se compone de varias partes distintas, los cuales deben trabajar al unísono por el aguijón para hacer su trabajo.

Si eres como yo, te estás preguntando, "¿Cómo en la Tierra podría una máquina como esta haber evolucionando?" Un aguijón de abeja parece demasiado complejo como para haberse desarrollado a través de los procesos graduales paso a paso de la evolución.

How did the bee stinger evolve?
The stinger of a honey bee is used as a weapon to defend the hive. It’s made of many parts shown and labeled in the animated diagram below. Take a moment to soak it all in before reading on.


The stinger consists of a venom gland, sack, and bulb; several muscles; two pumps inside the venom bulb; and three prongs (two serrated digging blades and a stabilizing rod for the blades to run on). The blades combine with the rod to form a hollow tube for venom delivery.

When the hive is attacked by other insects, bees can sting their foes multiple times, injecting venom while removing the stinger safely after each stab. When attacked by larger animals—like birds or people—bees insert the stinger deep into the flesh, then rip it off. The stinger tears away from the bee’s body along with the venom gland, pumps, and muscles. The process kills the bee but allows the stinger to continue digging and squirting venom into the attacker insuring that every drop is used.

If you’ve ever been stung you know that not only is it surprisingly painful, but the stinger, once detached from the bee, is so little that it’s tough to remove. It’s an extremely effective way for such a small critter to defend her hive against monstrous invaders like ourselves!

The stinger of a bee is what is known as an irreducibly complex structure. This means it is composed of several distinct parts, all of which must be working in unison for the stinger to do its job.

If you’re anything like me, you’re probably wondering, “How on Earth could a machine like this evolve?” A bee stinger seems too complex to have developed through the gradual step-by-step processes of evolution. What would the intermediates have looked like? What good is half a stinger?

Fuente: http://statedclearly.com/articles/evidence-for-evolution-in-your-own-backyard/

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17 noviembre 2015

Video: Ciclo de vida de los ácaros varroa - Video: Life cycle of varroa mites.

Video: Life cycle of varroa mites and their effect on honey bee colonies.

Video: Ciclo de vida de los ácaros varroa y su efecto en las colonias de abejas de miel.


15 noviembre 2015

La cera y la miel de las abejas se usan desde hace 9.000 años

Identifican restos de este producto en vasijas del Neolítico halladas en Turquía | La apicultura se expandió por Europa, norte de África y Oriente Próximo en paralelo a la agricultura y ganadería.

Los primeros agricultores y ganaderos del Neolítico ya utilizaban la cera de las abejas para fabricar cosméticos, medicinas, impermeabilizar recipientes e incluso como aglutinante en flechas. Y seguramente, también consumían miel, revela un estudio publicado en la revista Nature.

El análisis de la huella química que deja la cera en vasijas y otros recipientes ha permitido a un equipo internacional de investigadores situar el inicio de la apicultura hace 9000 años en la península de Anatolia, en Turquía, en el mismo periodo y área geográfica en que se comenzaron a cultivar plantas y a domesticar animales.


También han podido comprobar cómo el aprovechamiento de los productos de este insecto, Apis mellifera, se fue extendiendo por Europa, Oriente Próximo y norte de África en paralelo a la agricultura y la ganadería.


“Este trabajo reúne pruebas de la presencia de cera de abeja en las vasijas de cerámica de los primeros agricultores de Europa. Hemos encontrado estos componentes químicos atrapados en la arcilla de 6.400 fragmentos en más de 150 yacimientos arqueológicos”, explica a Sinc Mélanie Roffet-Salque, de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y autora del trabajo, en el que también han participado investigadores españoles.

“Parece lógico pensar que estuvieran también consumiendo miel, aunque como este alimento no deja una huella biológica tan identificable como la cera no lo hemos podido identificar”, señala a Big Vang Alfonso Alday, investigador y profesor del Área de Prehistoria de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), coautor del estudio.

Pintura rupestre en la Cueva de la araña, en Bicorp, Valencia

Hasta el momento la relación de las abejas con los humanos se conocía sólo a través de escenas plasmadas en pinturas rupestres, como la figura humana que parece recolectar miel de un rusco en la Cueva de la Araña (Patrimonio de la Humanidad), en Bircorp (Valencia) o en grabados del antiguo Egipto. “Esta es la primera vez que se consigue identificar y datar su uso de forma científica. Y estamos muy sorprendidos por su antigüedad, más de la que esperábamos”, destaca Alday.

En concreto, los expertos de la Escuela de Química de la Universidad de Bristol, que han liderado el proyecto, lograron detectar restos de cera en ollas de cocina procedentes de un yacimiento arqueológico turco del 7000 AC, localizado en el mismo área del asentamiento de Çatalhöyük, considerada la primera ciudad de la humanidad, y del que procede una representación pictórica de un nido de abejas.

Desde ahí, los investigadores pudieron cartografiar la extensión de la apicultura hacia los Balcanes y Grecia, en donde detectaron restos de moléculas grasas de este producto que datan de entre el 5300 y el 4600 aC, y de fechas similares hallaron también presencia de cera en arcillas en Europa Central.

“El uso de los productos de la abeja avanza conforme se difunde la agricultura y la ganadería. La actividad humana de domesticar plantas y animales fue transformando el paisaje, puesto que se deforestaban bosques para ganar espacio para pastos y campos de cultivo. De esta forma se crearon paisajes de sotos y flores que las abejas aprovecharon para ir,poco a poco, expandiendo su hábitat natural”, declara Alday.

Paradójicamente, aunque se analizaron 130 recipientes procedentes de la Península Ibérica no se encontró resto alguno de cera. “Que no se haya encontrado no quiere decir que no se usaran. Es lógico pensar que las abejas también tenían un hábitat favorable para su desarrollo aquí desde el arranque de la agricultura peninsular, lo que ocurre en el 5500 aC”, afirma Alday.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/ciencia/planeta-tierra/20151112/54438798738/neolitico-cera-abeja.html#ixzz3rNFg2A9H

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