03 octubre 2016

CREMA HIDRATANTE DE CERA, COCO Y POMELO - MOISTURIZER WAX, COCONUT AND GRAPEFRUIT.

La crema hidratante debe ser uno de los imprescindibles en cualquier rutina de higiene y belleza, pero en ciertas ocasiones no es fácil encontrar una apropiada para cada tipo de piel. 

Pues, si es tu caso, toma nota de cómo preparar una crema hidratante casera de cera de abejas, aceite de coco y pomelo, para aplicar mientras te duchas.

Sus ventajas: es hidratante y nutritiva, económica y de fácil aplicación, ya que se hará cuando todavía se está en la ducha, lo que la hace apropiada para todo tipo de pieles.


CREMA HIDRATANTE DE CERA, COCO Y POMELO - MOISTURIZER WAX, COCONUT AND GRAPEFRUIT.Básicamente, se necesitarán tres ingredientes naturales: cera de abejas, aceite de coco y aceite de pomelo. 

La cera de abejas es la que permitirá dar cuerpo y cierta solidez a la crema, a la vez que aporta sus propiedades humectantes, emolientes y cicatrizantes a la piel. 

Además, es un gran aliado a la hora de eliminar impurezas y de combatir manchas.




CREMA HIDRATANTE DE CERA, COCO Y POMELO - MOISTURIZER WAX, COCONUT AND GRAPEFRUIT.
El aceite de coco es nutritivo y regulador: rico en ácidos grasos esenciales, aporta hidratación, combate arrugas y estrías, y actúa como antibacteriano, lo que lo convierte en apropiado para pieles con acné o con infecciones.




CREMA HIDRATANTE DE CERA, COCO Y POMELO - MOISTURIZER WAX, COCONUT AND GRAPEFRUIT.

Finalmente, el aceite esencial de pomelo le dará el aroma y el punto refrescante, equilibrando la piel grasa y combatiendo las impurezas, la retención de líquidos y la celulitis. 

Si prefieres, puedes escoger otro aceite esencial, como el de naranja, menta o de canela.





Ingredientes
Cera de abeja pura, cinco cucharadas o 50 gramos.
Aceite de coco virgen extra, seis cucharadas y media, o 100 ml.
Aceite esencial de pomelo, 20 gotas.

Paso a paso
Primero, llevarás la cera de abejas a baño María para que se derrita.
Una vez líquida, apaga el fuego y añade de a poco el aceite de coco y ve mezclando.
Cuando ya notes ha quedado homogéneo, espera a que se enfríe un poco. 
Entonces sí, añade el aceite esencial de pomelo.
Mezcla muy bien todos los ingredientes y lleva a un frasco de cristal.

Aplicación
Como se señaló, su aplicación es sencilla: justo antes de salir de la ducha, y con la piel mojada, aplica sobre todo el cuerpo. 
Espera unos instantes a que absorba, y entonces sí seca con la toalla o bien puedes dejar secar al aire. Aunque se aconseja aplicar con la piel mojada, también puedes hacerlo sobre seco, especialmente, en zonas más resecas como talones, rodillas y codos.

By: Carla de Oyarbide

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28 septiembre 2016

Miel, eficaz remedio contra afecciones urinarias - Honey, effective remedy for urinary tract infections.

El producto elaborado por ese insecto puede disminuir la proliferación de bacterias sobre todo las denominadas biopelículas o capas delgadas

Considerada un antiséptico natural por excelencia, la miel de abeja posee otras bondades, como las de frenar el crecimiento bacteriano en personas que padecen de problemas urinarios, publica una revista especializada.

Según estadísticas, se venden más de 100 millones catéteres urinarios, para drenar la orina de la vejiga y el uso a largo plazo de este dispositivo se asocia a complicaciones como la inflamación y la infección.

Miel, eficaz remedio contra afecciones urinarias - Honey, effective remedy for urinary tract infectionsEl producto elaborado por ese insecto puede disminuir la proliferación de bacterias sobre todo las denominadas biopelículas o capas delgadas pero resistentes en las que se acumulan los microbios y que se adhieren a cualquier superficie, explican los autores en Journal of Clinical Pathology.

En este estudio se ha analizado su papel en dos bacterias comunes que pueden causar infecciones de orina y de la vejiga: la Escherichia coli y Proteus mirabilis, explican los especialistas de Universidad de Southampton.

Para llevar a cabo sus estudios, los investigadores eligieron la miel de Manuka, producida en Australia y Nueva Zelanda a partir del néctar del árbol típico de esa localidad.

Creemos que los pacientes también pueden beneficiarse de las propiedades anti-inflamatorias de la miel, que son generalmente más fuertes en mieles oscuras, como la de Manuka, y que la resistencia antibacteriana es poco probable que suceda cuando se usa la miel , señaló el director del estudio, Bashir Lwaleed.

La miel diluida es un agente útil para reducir la formación de biopelículas en dispositivos de plástico, como catéteres urinarios.

Las tasas de infección del catéter pueden representar una gran proporción de las infecciones adquiridas en el hospital, que es un área de la práctica clínica a la que hay que enfrentarse, señala.

Como parte de la metodología investigativa, determinaron el potencial de la miel en la prevención de las biopelículas.

Los investigadores cultivaron cepas de las bacterias Escherichia coli y Proteus mirabilis en el laboratorio, dos de las bacterias responsables de la mayoría de las infecciones del tracto urinario asociadas con el uso de catéteres de larga duración, subrayaron.


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23 septiembre 2016

Picotazos de abejas para sanar - Bee stings to heal.

José Luis Figuero comenzó probando los efectos de las picaduras de las abejas en carne propia. «Siempre he tenido colmenas y ya conocía las propiedades de su veneno. Hace cinco años tenía dolores derivados de la artrosis y la artritis y empecé a tratarme sin seguir ningún protocolo, pero como salí adelante, pensé que sería una buena idea formarme en esta disciplina», plantea.

Los efectos del veneno en el tratamiento de patologías articulares y musculares, así como las derivadas del sistema autoinmune son conocidos desde hace tiempo, defiende. «En Rusia hay clínicas especializadas en estos tratamientos, pero en los países occidentales, está al mismo nivel que otras medicinas naturales», explica Figuero, que ha abierto la primera consulta de apiterapia de Vitoria en el barrio de San Martín. «Venían muchos clientes a la clínica que tenía en Bilbao y decidí acercarme a ellos», relata.

Picotazos de abejas para sanar - Bee stings to heal

El tratamiento «no es doloroso» y su duración varía en función de la patología del paciente. Previamente se realiza un test de intolerancia a la apitoxina, el ingrediente fundamental del veneno, que puede ser muy peligroso en personas alérgicas. La sesión en sí consiste en apoyar una abeja sujeta con una pinza sobre la zona que hay que tratar hasta que deposita su aguijón en la superficie de la piel. «No es como un picotazo, porque sólo permitimos que entre en el 10% del veneno».

El aguijón se retira un segundo después para que apenas se introduzca bajo la piel una pequeña parte de la toxina que contiene la bolsa. En una sesión se pueden realizar desde dos o tres aplicaciones hasta una quincena y los tratamientos son siempre graduales. «Se siente un pinchazo, pero solo duele unos segundos».

Sus pacientes recomiendan la terapia, que sin embargo no está reconocida por la medicina convencional. Lola Pisón recuerda que hace una década dejó las muletas «gracias a un tratamiento que seguí en Madrid. Sigo con la hernia y si hago esfuerzos grandes, me molesta, pero mi calidad de vida es normal desde que el tratamiento». Ahora ha vuelto a la apiterapia para resolver sus problemas de síndrome del túnel carpiano y artritis.

Hay aplicaciones para mejorar los problemas «relacionados con trastornos reumáticos o que afectan a la movilidad», explica Figuero. En esta categoría incluye los que producen «inflamación y dolor de las articulaciones y de los tejidos como artrosis, tendinitis, lumbalgias o gota». Se realizan «aplicaciones locales donde se nota el dolor».

La apiterapia es eficaz, dice, en el tratamiento de enfermedades autoinmunes como artritis reumatoide, fibromialgia, esclerosis múltiple, psoriasis y otras, aunque la comunidad científica cuestione la base de esta técnica de medicina alternativa. «En esas dolencias el factor común es que producen inflamación crónica. No todos los casos se curan, pero sí una gran parte» gracias a la estimulación del sistema inmunitario, apunta.

Según Figuero, hay médicos que usan la apiterapia para mejorar la condición física de sus pacientes. «Sólo que ellos lo hacen aplicando inyecciones de apitoxina», señala. Son los únicos que usan jeringuillas para aplicar el producto, ya que es un compuesto muy sensible a la luz. Otras disciplinas que nunca han demostrado su eficacia, como la acupuntura o la homeopatía, «solo trabajan a nivel analgésico», explica Figuero, mientras que el veneno de las abejas tiene propiedades que lo hacen más eficaz contra las enfermedades, defiende. «Es antiinflamatorio, analgésico, hipotensor, inmunoactivante y antibiótico, entre otras cosas».


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21 septiembre 2016

Ensayo: El zángano maravilloso - Test: The wonderful drone.

Maurice Maeterlinck afirma, tajante, que la de las abejas es una comunidad perfecta, de una organización impecable. 
Hoy me propongo dar fin a este interminable sobrevuelo de colmenas, panales y enjambres al que he querido dedicar mis reflexiones en este espacio desde hace meses. Sobrevuelo que a pesar de las múltiples interrupciones y trastabilleos, unos voluntarios otros obligados, no ha dejado de cautivarme. Quedarán más cosas por decir que las que había al principio, en aquel ya lejano noviembre, como suele suceder con todo aquello que realmente lo apasiona a uno.
Y no puedo dar por terminado mi idilio con los dulces y agresivos himenópteros, aunque sea provisionalmente, sin rendir homenaje a uno de sus más brillantes y ensimismados amantes. Maurice Maeterlinck fue un escritor belga, muy belga, poeta, narrador y ensayista, de hace cien años. A pesar de su incomparable talento, en 1911 le fue concedido el Premio Nobel. Ni modo. Una mancha en el historial la tiene cualquiera. Pero premios y reconocimientos aparte, nuestro Maurice dio muestras de su encendido compromiso con la vida, con la propia y con la del mundo del que le tocó ser parte. Sus textos son una delicia, y renunciar a ellos es señal de una ignorancia o una desidia imperdonables. En fin, quien en ello incurra, en el pecado llevará la penitencia.
Entre las muchas facetas de su obra, destacan y sorprenden, sin duda, tres breves ensayos sobre los pequeños bichitos que lo sedujeron y enamoraron: La vida de las hormigasLa vida de los termes y, de manera sobresaliente, La vida de las abejas. Éste último, a pesar de ser el primero de los tres es el más esmerado, acuicioso y penetrante.
No fue un entomólogo ni un himenopterólogo ni un especialista. Fue mucho más que eso. Fue un amante apasionado. Pulsión irrefrenable que lo llevó por supuesto a convertirse en entomólogo, apiólogo y especialista, sin la frialdad, reconozcámoslo, que se supone debe guiar el quehacer científico.
“El alma del estío, el reloj de los minutos de abundancia, el ala diligente de los perfumes que vuelan, la inteligencia de los rayos de luz que se ciernen, el murmullo de las claridades que vibran, el canto de la atmósfera que descansa”. Así describe el autor la embriaguez que lo envolvía en las interminables horas en que se embelesaba contemplando el frenético ir y venir de la colmena.
Su devoción lo llevó a sostener aquello que yo, en estas líneas y a lo largo de meses, sin descartarlo he puesto en duda. Afirma, tajante, que la de las abejas es una comunidad perfecta, de una organización impecable, y que el ideal de la sociedad humana debería ser el de imitarlas al máximo, hasta donde fuera posible. Llega incluso a decir:
“Ningún ser vivo, ni el hombre, ha hecho en el centro de su esfera lo que la abeja en la suya, y, si una inteligencia ajena a nuestro globo viniese a pedir a la tierra el objeto más perfecto de la lógica de la vida, habría que presentarle el humilde panal de miel”.
En estas palabras, tout en passant, como quien no quiere la cosa, habla de la “lógica de la vida”, dejando ir que las abejas están en una armonía mayor con el cosmos (no olvidáramos que cosmos significa precisamente orden) que cualquier otra estructura existente, viva o inerte. Más que la humana, por demás está decirlo. No es poca cosa.
Pero va más lejos. Ya he dicho más de una vez, aquí, allá y acullá, que uno de los pantanos en que se encuentra atrapado el pensamiento científico es el concepto de “instinto”. Se trata de una entelequia medieval, que nadie sabe exactamente en qué consiste, y que se utiliza repetidamente, en la conducta de los seres vivos, para explicar lo inexplicable. Para lavarse las manos y hacerse pendejo.
Y bien, Maeterlinck opone el concepto de “instinto” al de “inteligencia”. Lo cual no deja de ser peliagudo. Es una cuestión delicada. Él lo hace para abordar el problema de la libertad, del libre albedrío. El ser inteligente sería aquel que “decide”, mientras que el que actúa instintualmente no tendría opción y estaría constreñido por ese instinto que lo guía y atenaza.
Es así que el científico poeta sostiene, recio y quedito, que las abejas son inteligentes, es decir, guiadas por su voluntad colectiva y en función de la conciencia que poseen acerca de lo que son y a lo que aspiran.
Esa perspicacia y este carácter, sin embargo, no pertenece a cada uno de los individuos que conforman la colmena, sino a ésta en su conjunto, lo que la convierte en un ser en sí misma, del cual cada uno de los insectos que la conforman, están “etiquetados”, “comprenden” su función global y no serían sino células destinadas al bienestar y sobre vivencia del conjunto.
Pero entender realmente reglas extrínsecas tiene entresijos, cada unidad individual debe acatarlas todas estrictamente. Y además validar in situ tales etiquetas, logrando obtener sólo hembras aptas y por ende respetar rigurosas ordenanzas sociales.
Tal conducta, afirma el belga, está por encima de cualquier dictado instintivo por sofisticado que sea. Su aseveración es desconcertante y discutible, pero cualquier aseveración sutil, inteligente e innovadora lo es.
Dejemos, usted y yo, agudo lector, a modo de homenaje, que sea el propio, inasible, embriagador Maurice Maeterlinck, zángano maravilloso, quien termine estas líneas, esta serie y esta inquietud:
“Le llamemos Dios, Providencia, Naturaleza, Azar, Vida o Destino, el misterio es el mismo, y todo lo que millares de años de experiencia nos han enseñado es a darle un nombre más vasto, próximo a nosotros, flexible, más dócil a la espera y a lo imprevisto”.