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20 diciembre 2015

INCREMENTAR EL NÚMERO DE COLMENAS - INCREASE THE NUMBER OF COLONY.

INTRODUCCIÓN.
Para el apicultor es un reto incrementar el número de colonias de abejas, especialmente si hubo adquirido solo unas cuantas, pues en los últimos años es más probable que el número de colmenas disminuya a que se multiplique, debido a las tendencias naturales de enjambrazón y emigración de las abejas africanizadas, a diversas enfermedades y parasitosis (primordialmente varroasis), y a que la deforestación va en aumento. 







Para contrarrestar tal tendencia es necesario un buen manejo general, que incluya:
Cambio de reinas cada año o año y medio; diagnóstico y tratamiento de enfermedades y parasitosis dos veces al año después de cosechar; alimentación de estímulo previo a una floración principal, y renovación de panales cada cuatro a seis ciclos de producción.

Si además, el apiario se encuentra en zona con suficiente flora que produzca néctar y polen y/o si las colonias se movilizan siguiendo las floraciones, el número de colonias podrá incrementarse a voluntad del apicultor hasta en un 100 por ciento cada año.


TECNOLOGÍA.
En apicultura, para “multiplicar el número de colmenas, hay que “dividir” las colonias, colocando a cada porción una reina, y siempre es necesario que tales colonias tengan una gran población de abejas y además contar con:

- Colmenas “nuevas” (“colmena”, es la serie de cajas en las que habita la colonia de abejas; no es necesario que sea estrictamente “nueva”, es suficiente con que la colmena esté en buenas condiciones)

- Bastidores con cera estampada o trabajada (en buenas condiciones)

- Reinas “nuevas”

En algunos casos, conviene trasladar la división a otro apiario.

Además, se debe considerar que:
Cuando hay tiempo cálido, sin mucho viento ni lluvias y hay floración (generalmente en primavera), es cuando las colonias tienden a enjambrar y la división se facilita.

Si las colonias tienen seis o más panales con cría, la colonia se puede dividir dentro del mismo apiario; de lo contrario, aun con una gran población de abejas, es preferible cambiar de locación porque las abejas tenderán a regresar al sitio original dejando a la porción dividida demasiado débil. 

Si una colonia tiene siete u ocho panales con cría (PC), la colonia puede originar dos colonias adicionales, una sola con abejas adultas y dos divisiones con 3 ó 4 PC.

En las divisiones con cría, será necesario revisar y destruir toda celda real que las abejas formen, para que mejore la aceptación de la reina nueva.

Se requiere alimentar artificialmente a las divisiones con jarabe y polen o substituto de polen.


Existen tres períodos en que se puede efectuar esta operación: a) antes, b) durante y c) después de una floración importante (después de la cosecha).

Antes de la Floración.
Las colonias requerirán ser alimentadas para estimular a una gran producción de abejas.

La principal ventaja es que en esa época los trabajos de campo son relativamente pocos y, si se le colocan bastidores con panal y no solo con fundación de panal, es posible cosechar miel en la próxima temporada.

Durante la Floración.
Al ser la época de multiplicación natural de las colonias, es mucho más fácil, con la ventaja que se controla la enjambrazón y es época propicia para que las colonias trabajen la cera y se pongan fuertes para la “siguiente” cosecha.

Después de la Cosecha.
Generalmente hay muchas abejas adultas, pero poca cría, porque las abejas estuvieron almacenando miel y no dejaron espacio para la postura. Las nuevas colonias deberán trasladarse a otro apiario.

Este período es de mucho trabajo porque se debe revisar la presencia de reinas y reparar material averiado, además, es cuando se recomienda dar tratamiento para las diferentes enfermedades y parasitosis de las abejas.

Por otra parte, al haber finalizado la floración, no es fácil que las abejas trabajen la cera estampada.



Incremento del número de colmenas cuando hay cría. 
Consiste en colocar las “nuevas” colmenas en el sitio donde vayan a quedar, alejadas algunos metros de las colonias originales.

En las nuevas colmenas se pasan tres o cuatro panales con cría (por lo menos la mitad que sea operculada) y todas las abejas que estén pegadas. Cada porción dividida deberá tener dos panales con miel y polen y/o se debe alimentar artificialmente con jarabe y polen o substituto de polen.

Se reduce la piquera a un mínimo:
La colmena en el sitio original queda con al menos cuatro panales vacíos y alimento. A esta colmena van a regresar todas las abejas que ya vuelan, mientras que en las nuevas colonias, habrá solo abejas jóvenes.

Después de una hora, más o menos, se revisa(n) rápidamente la(s) colonia(s) nueva(s) y con facilidad y generalmente sin piquetes, se encontrará la reina original, la cual se debe devolver a su colmena. A todas las demás divisiones se les introducirá una reina “nueva”. Esto se hace así porque las abejas jóvenes, aceptan más fácilmente a las nuevas reinas.

Mutiplicación del colmenar cuando no hay cría.
- Colocar una colmena vacía y la original en el sitio de ésta (se mueve un poco) de manera que las abejas entren indistintamente en cualquiera de las dos colmenas.

- Poner la mitad de los panales en la colmena vacía y al mismo tiempo.

- Revisar donde quedó la reina.

- En donde no quedó, poner una reina nueva en una jaulita con suficiente candy para que salga en tres o cuatro días.

En la noche se cierra la piquera y se traslada la división.

Por: Teresa B. García P Campo  e-mail: logar@acnet.net

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24 noviembre 2015

PATOLOGÍAS DE LA REINA DE LAS ABEJAS - PATHOLOGIES OF THE QUEEN BEE.


Por: Dr. Veterinario Jesús Llorente Martínez.

INTRODUCCIÓN
La reina supone el elemento más válido de la colonia de abejas, por ello es muy importante vigilar no sólo su etología sino también las distintas causas, algunas de ellas patológicas, que hacen que este elemento de la colonia pierda su funcionalidad y con ello ponga en peligro la viabilidad de la unidad biológica.

Lo mencionado tiene su explicación si tenemos en cuenta que la reina es el único elemento de la colonia que tiene los órganos sexuales bien desarrollados y que después del acoplamiento puede poner huevos fecundados de los que nacen obreras y bajo distintas circunstancias huevos sin fecundar que darán como resultado zánganos.
Por todo ello es evidente que toda la colonia puede ser afectada e incluso morir si su reina tiene defectos en su organismo o si enferma.

Existen varias enfermedades infecciosas, trastornos del metabolismo, malformaciones o anomalías hereditarias, que apenas se manifiestan en sus descendientes. Muchas de estas manifestaciones tienen en común de que influyen de forma negativa sobre la puesta de la reina e incluso la hacen imposible.
Consideramos necesario su conocimiento, tanto para el apicultor como para el técnico, pues sirven de base para una toma de decisiones en el caso de insuficiente desarrollo de la colonia y discernir si la causa está en la reina o hay que buscarla en otro lugar.

Describiremos algunas de las enfermedades más importantes y anomalías de la reina.

REINA ZANGANERA
Es uno de los trastornos más frecuentes en la actividad de reproducción de la reina, es decir, la incapacidad ya sea parcial, ya sea total de producir descendientes hembras.
Varias son las causas de este trastorno:

-Falta de acoplamiento. Cuando las reinas que tienen que hacer las salidas para acoplarse a los zánganos no pueden hacerlo, por distintas circunstancias, éstas no fecundan los huevos y aunque sean prolíficas, sólo producen zánganos.
Hay que tener en cuenta de que el hecho de aparearse hace que se mejore el desarrollo de las glándulas sexuales y la ausencia de éste no desarrollan los ovarios y en consecuencia las reinas no llegan a ser zanganeras y permanecen estériles.
Intervienen en este sentido la actividad de ciertas glándulas endocrinas (células neurosecretoras del cerebro de la reina) y la actitud de las abejas que cuidan a la reina que influyen en los vuelos de orientación y acoplamientos.

-Inseminación insuficiente. El número de espermatozoides para que la espermateca se llene es de 5/6 millones y ésta carga alcanza para fecundar los huevos durante 4/5 años.
Ahora bien, si por distintas circunstancias la carga espermática es menor, la reserva se agota pronto y la puesta es vacilante y discontinua para finalizar con una puesta zanganera y un cese total de la misma.



-Puesta de una reina vieja. Parecido comportamiento tienen las reinas viejas aunque se hayan acoplado correctamente. A los cuatro año de vida la puesta, tan uniforme hasta la fecha se mezcla con puesta zanganera. La causa es la inviabilidad de los espermatozoides que pierden la movilidad y toman la forma de anillo y no, como se ha creído, por la edad de la reina y al agotamiento de los ovarios.



La degeneración amiloide del epitelio de la espermateca podría tener efecto negativo sobre los espermatozoides, conduciendo a su degeneración.

-Reina zanganera por enfermedad. Se produce por enfermedad de la reina que nada tiene que ver con el acoplamiento. Es característica de esta enfermedad el hecho de que las reinas, que no han tenido problemas con el acoplamiento, empiezan a poner crías de obrera y de zángano en celdillas de obrera.



Al final predominan las crías zanganeras. Muchas de estas reinas cesan la puesta. Examinada la espermateca se ha observado que los espermatozoides no están agrupados, como es normal, sino que están arrollados formando “el esperma en forma de anillo”.
Exámenes profundos han concluido que se trata de una enfermedad especial de la reina, que además de la espermateca ataca también otros órganos y probablemente es provocada por un virus.

ACOPLAMIENTOS MALOGRADOS
En este caso el acoplamiento natural se ha realizado correctamente y los espermatozoides primero llenan la vagina y los oviductos antes de llegar a la espermateca. Normalmente sobran muchos espermatozoides que se quedan en estas estructuras y algunas veces este sobrante se transforma en tapones rígidos, que permanentemente impiden la puesta.

ENFERMEDADES DE LOS ÓRGANOS DE REPRODUCCIÓN
Todos las enfermedades que afectan a los órganos sexuales de la reina, tienen efecto negativo sobre la puesta. Esto no sólo es válido para las enfermedades infecciosas o parasitarias sino también para ciertos trastornos del de metabolismo, que tienen como consecuencia la degeneración de los ovarios.
Como ejemplo del primer grupo vale la melanosis parasitaria o melanosis H provocada por un microorganismo levuriforme. Los ovarios presentan focos muy típicos, tuberculiformes de color pardonegro o negro.

Las reinas afectadas cesan al cabo de pocos días la puesta y se vuelven estériles.
Una enfermedad parecida a la anterior es la melanosis B que afecta sobre todo a reinas jóvenes. El agente productor es una bacteria flagelada del tipo coli, que provoca en los ovarios focos de infección de color negro, pero de otra forma.
La enfermedad aparece poco tiempo después del acoplamiento o poco después de iniciada la puesta.
Es frecuente cuando en la inseminación instrumental no se han seguido las normas de estricta esterilidad.

La ovarotrofobia se caracteriza por la degeneración muy rápida de las células germinativas de las ovariolas, los ovocitos y las células nutritivas, con reabsorción de los productos de la degeneración. Esta atrofia provoca la hipertrofia del cuerpo adiposo y un notable incremento de la cantidad de hemolinfa.
El agente causal se desconoce con exactitud y podría tratarse de una infección viral o de un trastorno del metabolismo provocado por las secreciones internas.

ENFERMEDADES INTESTINALES
Nosemosis. Es la enfermedad intestinal más frecuente en todos los elementos de la colmena. Causada por el microsporidio Nosema apis Zander, presenta las mismas características en la reina que en las abejas obreras.

En las reinas, debido al trastorno metabólico provocado por la enfermedad, los ovarios se ven afectados y su degeneración vuelve estériles a las reinas.
Cálculos en las heces. La formación de cálculos o enterolitis en el saco rectal de la reina influyen de forma negativa en su puesta.

Los cálculos en la reina se componen sobre todo de ácido úrico y provocan, casi siempre una aglomeración de excrementos, que no sólo dificultan la puesta sino también presionan los tractos sexuales que impiden a la reina realizar la oviposición.

ENFERMEDADES RESPIRATORIAS
Acarapisosis. Al igual que en las abejas obreras, la enfermedad producida por Acarapis woodi ataca también a la reina y fundamentalmente, si no mueren, representa una fuente de infestación para toda la colonia.

ANOMALÍAS Y MALFORMACIONES
En las abejas, como en todos los seres vivos, existen desviaciones muy diversas de lo normal y de acuerdo con su grado se denominan anomalías o malformaciones. Estas desviaciones de lo normal pueden deberse a causas genéticas o inducidas por el medio ambiente.
A pesar de que tanto las anomalías como las malformaciones, salvo excepciones, carecen de importancia en la práctica apícola es bueno conocerlas y tenerlas en cuenta para un mejor desarrollo de la apicultura y una mejora en el proceso de la herencia ligado a la cría de reinas.
Las reinas enanas, son las que se crían en periodos de escasez y que apenas alcanzan el tamaño de una abeja obrera. Sus órganos de reproducción son tan pequeños que no cumplen su función y las reinas no se acoplan y permanecen estériles.
Su presencia, no conocida, puede ser la causa del rechazo de forma continuada por la colonia en la introducción de nuevas reinas.

Otros factores, como la temperatura, la humedad o el nivel de oxígeno, influyen sobre el futuro de las reinas que en ese momento se están criando. Las realeras enfriadas de forma transitoria, hacen que las reinas nazcan con las alas truncadas. Este truncamiento se puede también deber a una mutación.
En otras anomalías intervienen crecimientos independientes y no coordinados de estructuras de la reproducción. Dan como resultado una falta de conexión entre los ovarios y los oviductos.
En estos casos el acoplamiento es posible pero no lo es la oviposición.
Caso menos frecuente es la hipoplasia de los ovarios, con el resto de las estructuras con un desarrollo normal. La deformación de éstos se debe a una degeneración precoz de las células germinativas de los mismos.

Una nueva alteración es el ginandromorfismo que presentan los individuos de la colonia en cuya estructura interna y externa coexisten características masculinas y femeninas. No se saben las causas y su presentación es anecdótica. De igual forma se puede hablar del ciclopismo. En este caso no sólo tenemos alteración en los ojos (los ojos se unen en uno sólo), sino también están alterados el cerebro, los ganglios y otros órganos. Si bien se trata de causas genéticas no debemos olvidar que en animales superiores se presenta estos problemas por falta de oxígeno durante el desarrollo.

Zánganos albinos, larvas que no llegan a término, crías atrofiadas, son otras anomalías que se presentan con una incidencia muy escasa.
Todas estas alteraciones y anomalías no causan muchos problemas en el desarrollo de la explotación apícola, sin embargo su conocimiento favorece la profesionalidad del apicultor y puede mejorar de forma importante la cría de reinas.

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30 octubre 2015

PAUTAS A CONSIDERAR EN UNA REVISACION SANITARIA - Guidelines to consider in a health checkup

http://lafamiliapicola.blogspot.com/2015/10/pautas-considerar-en-una-revisacion.html
Las enfermedades en las colonias aparecen en momentos definidos del ciclo de vida de la abeja. El apicultor observa los síntomas de las mismas en las crías o en las abejas adultas durante su visita al colmenar o en las colonias.

En su reconocimiento existen síntomas característicos que conducen muchas veces a un correcto diagnóstico, lo cual permite tomar inmediatamente las medidas higiénico profilácticas y terapéuticas necesarias para luchar contra ellas. Esto ocurre en aquellas enfermedades que afectan a las crías: loque europea, loque americana, cría yesificada, cría ensacada. Sin embargo, en las abejas adultas los síntomas son comunes a muchas afecciones en cuyo caso el diagnóstico debe ser confirmado por un análisis de laboratorio: nosemosis, acariosis, intoxicaciones, disentería, etc.

Las manifestaciones observadas en las colonias son producto de una contaminación anterior y el tiempo que transcurre entre esta y la aparición de la enfermedad es muy variable. Este lapso de tiempo depende entre otros posibles factores de:

- La intensidad de la contaminación, la cual está directamente relacionada con el tipo de agente patógeno y su capacidad para multiplicarse, la cual es muy variable.

- Las condiciones de la colonia: colonias débiles, sometidas a condiciones meteorológicas desfavorables, con carencias alimenticias, que hayan sufrido algún tipo de intoxicación, etc., están mas predispuestas a contraer y favorecer el desarrollo de ciertas enfermedades.

- El comportamiento de limpieza de la familia: característica variable determinada genéticamente que depende de la fuerza de la colonia – aquí el apicultor juega un papel muy importante al mantener en su colmenar colonias vigorosas – y de la composición de la colonia (cantidad de abejas limpiadoras que puede disminuir en caso de intoxicaciones, enfermedades de las abejas adultas, errores de manejo, etc.). 
http://lafamiliapicola.blogspot.com/2015/10/pautas-considerar-en-una-revisacion.html

Pautas a considerar en una revisación de colmenas:
El proceso de diagnóstico de enfermedades en las colmenas comienza no bien uno ingresa en el apiario. Para ella debemos primero considerar una serie de parámetros o condiciones externas tanto en el colmenar como en las colmenas en particular para posteriormente proceder a la revisación interna de las mismas observando cuidadosamente lo que está sucediendo en su interior.

Observaremos su ubicación en el terreno: distribución y orientación, la actividad de vuelo de las mismas – entrada y salida de abejas de acuerdo al momento de la visita – pudiendo ésta ser normal, escasa, nula o intensa; la presencia, cantidad y estado de abejas muertas o moribundas o estadios inmaduros en las entradas de las colmenas y en el suelo; manchas de heces o excrementos en los techos, frentes o entradas de las mismas en forma evidente.

Todas estas observaciones o algunas de ellas de estar presentes junto con una actividad escasa o nula en las colmenas indican alguna anormalidad en el interior de las mismas. De ser posible, en la revisación posterior estas colmenas serán las últimas en abrirse, evitando en parte con esta acción el contagio de posibles enfermedades al resto de las familias. Sin embargo, es preciso tener presente que en una colonia puede estar desarrollándose en forma incipiente una enfermedad y no se observan manifestaciones exteriores en la misma.

Al abrir una colmena en una revisación de rutina evaluaremos en primer lugar la condición en que ésta se encuentra de acuerdo a la época del año observando:

- El espacio disponible en la colmena - falta o sobra - de acuerdo a la cantidad de población existente.

- La presencia de la reina y su calidad.

- El desarrollo de la colonia - cantidad y tipo de población.

- Cantidad, calidad y ubicación de las reservas alimenticias.

- Existencia de signos de alguna enfermedad u otra anormalidad.

- Estado de los materiales.

La respuesta a estos parámetros nos dará la información que necesitamos para trabajar en forma adecuada corrigiendo aquellos que se encuentren alterando el normal desarrollo de las mismas.

Con respecto a la existencia o no de signos de alguna enfermedad u otra anormalidad, al observar las colonias debemos notar el aspecto normal de las diversas etapas de desarrollo de las abejas el cual cambia cuando alguna enfermedad y/o trastorno no infeccioso está presente. Conociendo la apariencia y forma de los individuos normales - huevos, larvas, prepupas, pupas y abejas adultas – en la colonia, podremos luego advertir cualquier anormalidad, al notar algo no usual trataremos de descubrir la o las causas y confirmar un diagnóstico solos, con ayuda de otro apicultor experimentado, a través de consultas en servicios de extensión en el tema, con un profesional idóneo en apicultura o bien enviando una muestra adecuada a un laboratorio especializado en el diagnóstico de enfermedades de las abejas.

Observación de la cría:
Al revisar una colmena para determinar la presencia o no de enfermedades que afectan a la cría debemos primero seleccionar y observar el aspecto o apariencia del panal de cría en su conjunto y posteriormente de cada larva o pupa en particular. Esta operación se repetirá en todos los panales que contengan cría.

En una mirada panorámica del panal lo primero a considerar es el patrón de cría el cual en condiciones normales debe ser uniforme es decir que observando la cría desde el centro del panal hacia los bordes del mismo deben existir en celdas contiguas huevos, larvas o pupas de edad semejante. Las crías abiertas – larvas – deben ser de color blanco perlado brillante y estar enroscadas en forma de coma en el fondo de las celdas. En la cría operculada o sellada, los opérculos deben ser de color uniforme, marrón claro u oscuro dependiendo de la edad del panal y ligeramente convexos.

Cada mínima irregularidad que altere el aspecto normal de un panal de cría como la existencia de larvas muertas en celdas abiertas y/o cerradas presentes en forma desordenada – cría salteada – opérculos agujereados, de colores no uniformes, hundidos, es un llamado de atención.

Luego de haber observado las características del panal en su conjunto debemos, de presentarse algún problema mirar el contenido de las celdas y establecer ciertas condiciones como: edad de las larvas muertas, posición que adoptan en su interior, color, olor y consistencia del material larval muerto.

http://lafamiliapicola.blogspot.com/2015/10/pautas-considerar-en-una-revisacion.html

Estado normal de la cría en sus diferentes estadios.
Será tarea del apicultor establecer si la causa de estas irregularidades corresponde a un problema sanitario o si se debe a otras causas no infecciosas (hambre, frío, reinas, calor excesivo, etc.).

De no existir cría presente en la colmena en el momento de la inspección se observarán los panales en los cuales hubo cría con anterioridad, en este caso en particular debemos observar las celdas de cría vacías, sin restos de material de cría muerto en las paredes o fondos de las mismas.

Juntando estos elementos podemos llegar a formular un diagnóstico bastante seguro. Sin embargo, muchas veces es conveniente corroborarlo a través de un análisis de laboratorio ya que los caracteres macroscópicos o salientes y que se observan a simple vista que son diferentes para las enfermedades que afectan la cría como: loque americana, loque europea y cría ensacada, pueden en condiciones particulares atenuarse y confundirse o bien pueden presentarse todas juntas de coexistir varias enfermedades. En esos casos es conveniente tomar una muestra del panal de cría con material sospechoso de 20 cm. por 10 cm., envolverlo en papel de diario, colocarlo en una caja de cartón y enviarlo a un centro de diagnóstico de enfermedades de las abejas.

Observación de las abejas adultas:
La mayoría de las enfermedades que afectan a las abejas adultas son difíciles de diagnosticar en una observación directa debido a que muchos de los síntomas no son únicos ni específicos de cada enfermedad.

Ya que el hábito y las características de las abejas en forma individual y de la población en general que presentan una afección son frecuentemente similares en las enfermedades de las abejas adultas y en otros desórdenes no debidos a problemas sanitarios es aconsejable tomar una muestra de la población y enviarlas a un laboratorio para obtener un diagnóstico correcto. Ejemplo de ello es la confusión en el diagnóstico que puede presentarse ante casos de nosemosis, acariosis, virosis, intoxicaciones por plaguicidas, disentería y otras donde pueden observarse algunos de los siguientes síntomas: abejas con abdómenes hinchados, temblorosas, con alas dislocadas, arracimadas en los pastos cercanos a la colmena o alejándose de la misma, paralizadas sobres los cabezales de los cuadros, etc.

Conclusión:
La detección precoz de cualquier problema sanitario que afecte a las colmenas nos permite adoptar inmediatamente las medidas higiénico profilácticas y terapéuticas necesarias para luchar contra ellas. Tan o más importante es la prevención de las enfermedades es decir, evitar en lo posible su aparición en las colmenas. Debemos tener presente que no siempre una colmena débil o la presencia de anormalidades en las abejas adultas o en las crías es consecuencia de alguna enfermedad y que existen ciertas pautas de manejo como las anteriormente citadas que deben ser respetadas y cumplidas a lo largo del año que conducen al éxito de la explotación.
By: SUSANA BEATRIZ BRUNO. 
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