10 enero 2016

Millones de abejas amenazadas por los pesticidas - Millions of bees threatened by pesticides.


Un insecticida ampliamente usado en granos, verduras, frutas y otros cultivos en todo el país, amenaza a las abejas dijeron los reguladores federales del medio ambiente en una decisión que podría dar un impulso a los esfuerzos por prohibir el producto químico.

La Environmental Protection Agency (la Agencia de protección ambiental) dijo el miércoles que el imidacloprid, un producto químico que imita a la nicotina se encuentra en por lo menos 188 productos para granjas y para los hogares en California, "potencialmente plantea riesgos para las colmenas cuando el plaguicida entra en contacto con determinados cultivos que atraen a los polinizadores".

Los agricultores de California aplicaron casi 100 toneladas del producto químico en 2011, el mismo año el estado que el Departamento de regulación de pesticidas encontró que los residuos del compuesto en la industria agrícola excedieron un umbral establecido por la EPA para la toxicidad de la vida acuática en el 19% de las muestras tomadas. 

La EPA está por completar una evaluación más completa de todos los riesgos que plantea el químico para finales del año, después de lo cual los controles sobre este plaguicida podrían ser más estrictos, el cual originalmente fue fabricado por Bayer CropScience.


La evaluación, realizada entre California y Canadá, es la primera de cuatro que se espera que examinen el peligro potencial para las abejas, de una clase de pesticidas conocidos como neonicotinoides.

Las abejas se utilizan para polinizar cultivos cruciales y contribuyen alrededor de $ 14 billones en valor a la economía agrícola en todo el país.

En California, la industria de la almendra es totalmente dependiente de casi 1 millón de colmenas comerciales para polinizar alrededor de 870,000 acres de árboles.

De las colonias de abejas comerciales dependen fuertemente otros cultivos que incluyen naranjas y toronjas, arándanos azules, cerezas, alfalfa, manzanas, aguacates, pepinos, cebollas, melones, arándanos, calabazas y girasoles.

Varios estudios han relacionado los niveles elevados de neonicotinoides con la deficiente alimentación de la colmena, fallas en las reinas, fallas en la comunicación de la colmena y otras conductas peligrosas para la colonia. El año pasado, sin embargo, un estudio que utilizó los niveles del pesticida que reflejan las condiciones reales de la granja encontró que no había efectos dañinos en las colonias de abejas.

La exposición a múltiples pesticidas, los patógenos naturales y el estrés de la gestión comercial han dado como resultado un catastrófico colapso en las colonias de abejas que comenzó hace una década. Aunque los colapsos de colonias a gran escala han disminuido en gran medida en los últimos años, la mortandad de las abejas permanece por encima de la normal.

La EPA y sus socios de investigación sopesaron la evidencia de varios cientos de estudios científicos, según Charlotte Fadipe, la portavoz del Departamento de regulación de pesticidas de California. 

La Agencia concluyó que los residuos químicos por encima de 25 partes por mil millones probablemente daña a las abejas.

Fuente: http://www.hoylosangeles.com/latimesespanol/hoyla-lat-millones-de-abejas-amenazadas-por-los-pesticidas-20160107-story.html

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27 diciembre 2015

Desaparición de las abejas en EEUU - Disappearance of bees in USA.

Desde hace varios años EEUU experimenta una reducción significativa de los insectos polinizadores, situación que también se vive en otros países. Las colonias de abejas empezaron a morir y desaparecer masivamente preocupando a investigadores y expertos por la estrecha relación que tienen abejas y otros polinizadores con la producción de alimentos, siendo los insectos esenciales para el desarrollo de numerosas plantas y árboles. Las abejas son un importante aliado en la producción alimentaria del mundo, en su momento se calculó que hasta una tercera parte de la producción mundial de los alimentos que los humanos consumimos están vinculados a la actividad que desarrollan, por lo que su extinción se convertiría en un grave problema para la humanidad.


Un nuevo estudio ha permitido elaborar un mapa sobre la población y situación de las abejas y otros polinizadores en Estados Unidos, identificando aquellas zonas agrícolas en las que más se ha reducido la población de abejas y el impacto que tiene en la economía agrícola. Según la conclusión de los expertos, la producción agrícola está en riesgo por la creciente desaparición de las abejas, ya que existe un claro desajuste entre la caída de la población de polinizadores y el aumento de los cultivos que requieren la polinización.

A mediados del año pasado  se advertía que en las últimas décadas se había sufrido una gran pérdida de polinizadores, abejas salvajes, abejas domésticas o melíferas, murciélagos (mamífero que desempeña un papel ecológico vital como polinizador de muchos tipos de fruta en el mundo), aves y mariposas. 

Expertos de la universidad de Vermont llevaron a cabo el primer estudio nacional para realizar un mapa de las colonias de abejas, la reducción que se ha experimentado de éstas y su relación con las tierras agrícolas más importantes del país. Según las conclusiones obtenidas, la producción agrícola estadounidense está en riesgo por la desaparición de las abejas, los investigadores explican que los agricultores se enfrentan a un aumento significativo de los costes de producción de alimentos.

Este primer estudio a nivel nacional sobre el problema identifica 139 condados en regiones agrícolas, el sur del valle del río Mississippi, California, el oeste de Texas, etc. Hasta la elaboración de este estudio no se contaba con un documento que mostrara el estado de los polinizadores y su impacto en la actividad polinizadora relacionada con la producción alimentaria.

Los investigadores han explicado que no hay dudas de que los polinizadores están sufriendo graves problemas, pero no han tratado con tanta claridad qué ocurre y ocurrirá en las zonas agrícolas en las que más se está acusando la reducción de estos insectos y otras especies. Ahora, con este mapa del estado de las abejas se cuenta con una visión clara entre la situación de los polinizadores y su impacto en el país, es una herramienta con la que se espera poder proteger a las abejas y llevar a cabo los mecanismos para poder restaurar sus hábitats, algo que ayudará a proteger la actividad agrícola y la producción alimentaria.

Se ha identificado que en aquellas zonas donde los cultivos son más dependientes de la actividad polinizadora, como es el caso de la producción de manzanas, peras, ciruelas, melocotones, calabazas, arándanos o sandías, entre otros alimentos, están sufriendo un mayor desajuste con una caída simultánea de la oferta de abeja silvestre y aumento de la demanda de la polinización. Si esta caída de polinizadores continúa se podrían sufrir serios problemas en la actividad agrícola.

El grupo de investigadores formado por expertos de la Universidad de California y la Universidad Estatal de Michigan, elaboró dos mapas en los que se identificaron 45 tipos diferentes de suelo a partir de los datos obtenidos por agencias agrícolas federales, en ellos se incluían las tierras de cultivo y los hábitats naturales. Posteriormente se recopilaron datos aportados por expertos en ecología de la abeja según el tipo de suelo para calcular la proporción entre las abejas, sus hábitats y la producción alimentaria. Con todos los datos se construyó un modelo predictivo de la población de abejas y su relación con las zonas agrícolas.

Cambio climático, pesticidas y enfermedades están amenazando a las abejas, pero también se ha identificado otra causa responsable del declive de los polinizadores, la conversión de los hábitats de las abejas y otros polinizadores en las tierras de cultivo. En once Estados clave del país donde el estudio ha identificado el declive de la población de abejas, la cantidad de tierra utilizada para la producción de alimentos como el maíz, se ha multiplicado por 200 en los últimos 5 años, se han eliminado pastos y praderas importantes para la sostenibilidad y la población de abejas. Esto demuestra que hay una clara evidencia entre el aumento de la demanda de maíz para la producción de biocombustibles y la amenaza a los hábitats de los insectos.

¿Por qué las abejas están desapareciendo? Gracias al mapa que ha puesto de relieve las regiones con la pérdida de hábitat para las abejas silvestres, las organizaciones privadas, ambientalistas, agencias gubernamentales, etc., podrán centrar sus esfuerzos para poder apoyar iniciativas que permitan preservar los hábitats de los polinizadores y mantener una actividad agrícola sostenible.

FUENTE: http://www.uvm.edu/~uvmpr/?Page=news&storyID=22053&category=four_sq


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20 diciembre 2015

INCREMENTAR EL NÚMERO DE COLMENAS - INCREASE THE NUMBER OF COLONY.

INTRODUCCIÓN.
Para el apicultor es un reto incrementar el número de colonias de abejas, especialmente si hubo adquirido solo unas cuantas, pues en los últimos años es más probable que el número de colmenas disminuya a que se multiplique, debido a las tendencias naturales de enjambrazón y emigración de las abejas africanizadas, a diversas enfermedades y parasitosis (primordialmente varroasis), y a que la deforestación va en aumento. 







Para contrarrestar tal tendencia es necesario un buen manejo general, que incluya:
Cambio de reinas cada año o año y medio; diagnóstico y tratamiento de enfermedades y parasitosis dos veces al año después de cosechar; alimentación de estímulo previo a una floración principal, y renovación de panales cada cuatro a seis ciclos de producción.

Si además, el apiario se encuentra en zona con suficiente flora que produzca néctar y polen y/o si las colonias se movilizan siguiendo las floraciones, el número de colonias podrá incrementarse a voluntad del apicultor hasta en un 100 por ciento cada año.


TECNOLOGÍA.
En apicultura, para “multiplicar el número de colmenas, hay que “dividir” las colonias, colocando a cada porción una reina, y siempre es necesario que tales colonias tengan una gran población de abejas y además contar con:

- Colmenas “nuevas” (“colmena”, es la serie de cajas en las que habita la colonia de abejas; no es necesario que sea estrictamente “nueva”, es suficiente con que la colmena esté en buenas condiciones)

- Bastidores con cera estampada o trabajada (en buenas condiciones)

- Reinas “nuevas”

En algunos casos, conviene trasladar la división a otro apiario.

Además, se debe considerar que:
Cuando hay tiempo cálido, sin mucho viento ni lluvias y hay floración (generalmente en primavera), es cuando las colonias tienden a enjambrar y la división se facilita.

Si las colonias tienen seis o más panales con cría, la colonia se puede dividir dentro del mismo apiario; de lo contrario, aun con una gran población de abejas, es preferible cambiar de locación porque las abejas tenderán a regresar al sitio original dejando a la porción dividida demasiado débil. 

Si una colonia tiene siete u ocho panales con cría (PC), la colonia puede originar dos colonias adicionales, una sola con abejas adultas y dos divisiones con 3 ó 4 PC.

En las divisiones con cría, será necesario revisar y destruir toda celda real que las abejas formen, para que mejore la aceptación de la reina nueva.

Se requiere alimentar artificialmente a las divisiones con jarabe y polen o substituto de polen.


Existen tres períodos en que se puede efectuar esta operación: a) antes, b) durante y c) después de una floración importante (después de la cosecha).

Antes de la Floración.
Las colonias requerirán ser alimentadas para estimular a una gran producción de abejas.

La principal ventaja es que en esa época los trabajos de campo son relativamente pocos y, si se le colocan bastidores con panal y no solo con fundación de panal, es posible cosechar miel en la próxima temporada.

Durante la Floración.
Al ser la época de multiplicación natural de las colonias, es mucho más fácil, con la ventaja que se controla la enjambrazón y es época propicia para que las colonias trabajen la cera y se pongan fuertes para la “siguiente” cosecha.

Después de la Cosecha.
Generalmente hay muchas abejas adultas, pero poca cría, porque las abejas estuvieron almacenando miel y no dejaron espacio para la postura. Las nuevas colonias deberán trasladarse a otro apiario.

Este período es de mucho trabajo porque se debe revisar la presencia de reinas y reparar material averiado, además, es cuando se recomienda dar tratamiento para las diferentes enfermedades y parasitosis de las abejas.

Por otra parte, al haber finalizado la floración, no es fácil que las abejas trabajen la cera estampada.



Incremento del número de colmenas cuando hay cría. 
Consiste en colocar las “nuevas” colmenas en el sitio donde vayan a quedar, alejadas algunos metros de las colonias originales.

En las nuevas colmenas se pasan tres o cuatro panales con cría (por lo menos la mitad que sea operculada) y todas las abejas que estén pegadas. Cada porción dividida deberá tener dos panales con miel y polen y/o se debe alimentar artificialmente con jarabe y polen o substituto de polen.

Se reduce la piquera a un mínimo:
La colmena en el sitio original queda con al menos cuatro panales vacíos y alimento. A esta colmena van a regresar todas las abejas que ya vuelan, mientras que en las nuevas colonias, habrá solo abejas jóvenes.

Después de una hora, más o menos, se revisa(n) rápidamente la(s) colonia(s) nueva(s) y con facilidad y generalmente sin piquetes, se encontrará la reina original, la cual se debe devolver a su colmena. A todas las demás divisiones se les introducirá una reina “nueva”. Esto se hace así porque las abejas jóvenes, aceptan más fácilmente a las nuevas reinas.

Mutiplicación del colmenar cuando no hay cría.
- Colocar una colmena vacía y la original en el sitio de ésta (se mueve un poco) de manera que las abejas entren indistintamente en cualquiera de las dos colmenas.

- Poner la mitad de los panales en la colmena vacía y al mismo tiempo.

- Revisar donde quedó la reina.

- En donde no quedó, poner una reina nueva en una jaulita con suficiente candy para que salga en tres o cuatro días.

En la noche se cierra la piquera y se traslada la división.

Por: Teresa B. García P Campo  e-mail: logar@acnet.net

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14 diciembre 2015

CHILE: Control biológico de Varroa destructor con hongos entomopatógenos.

En el Centro Tecnológico de Control Biológico del Instituto de Investigaciones Agropecuarias - INIA-, se desarrolla un bioacaricida para el manejo no contaminante de Varroa destructor en colmenares comerciales, en base a hongos entomopatógenos chilenos. 


El ácaro Varroa destructor (Acari: Varroidae) es originario de Asia, donde parasita a la abeja Apis cerana. Debido a la trashumancia comenzó a parasitar a la abeja de miel Apis mellifera causando serios daños en los colmenares en todo el mundo. Desde su introducción a Chile, en el año 1992, se ha distribuido a casi la totalidad del país ocasionando graves pérdidas económicas entre los apicultores.

La enfermedad ocasionada por este ácaro (Varroasis) se inicia cuando la hembra fecundada de V. destructor abandona a la abeja adulta que ha parasitado y penetra en una celdilla de cría de abeja a punto de ser operculada. A las 48 horas de haber sido puestos los huevos nacen las ninfas del ácaro, las que comienzan a alimentarse de la hemolinfa de la cría de abeja. 

En las abejas adultas, la hembra de V. destructor busca las zonas blandas para perforarlas y succionar la hemolinfa de su huésped, causando dos tipos de daño: un daño físico al disminuir el contenido de proteínas y un daño tóxico infeccioso, debido a la transmisión de microorganismos causantes de enfermedades virales y bacterianas.

Los acaricidas registrados en el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para el control de la enfermedad son Amitraz (tiras), Bayvarol (Flumetrina) y flumetrina (tiras). Sin embargo, es factible encontrar resistencia a estos productos y además residuos de ellos en miel y cera cuando son aplicados indebidamente. 

Otra alternativa de control es el uso de aceites y ácidos orgánicos como el ácido fórmico, oxálico y el timol, los cuales han sido intensamente estudiados en Europa y Asia.

Una alternativa de control que aún no ha sido explotada es el uso de agentes de control biológico, práctica que en los últimos años ha cobrado creciente interés, debido a la preocupación por contar con nuevas formas de control de plagas no contaminantes y más amigables con el medio ambiente. 

Además, se dispone de más información sobre la biología y producción masiva de estos organismos, incluyendo los hongos que atacaban a la varroa.

Antecedentes sobre el uso de hongos entomopatógenos (HEP) señalan que es posible controlar ácaros en todos sus estadios, con hongos tales como Beauveria bassiana y Metarhizium anisopliae. 

Ensayos de campo realizados sobre colmenas de abejas en Estados Unidos han demostrado la capacidad de M. anisopliae para controlar V. destructor.

En Chile, desde el año 2005, el Centro Tecnológico de Control Biológico del Instituto de Investigaciones Agropecuarias -INIA-, (ubicado en el Centro Regional de Investigación Quilamapu, Chillán) en conjunto con la Universidad Austral de Chile y con el apoyo del Fondo para la Innovación Agraria (FIA), han estado desarrollando el proyecto “Desarrollo de un acaricida biológico para el manejo no contaminante de Varroa destructor en colmenares comerciales”, cuyo objetivo es establecer una estrategia de manejo de varroa, mediante la elaboración y uso de un bioacaricida en base a HEP chilenos.

Hasta el momento los resultados obtenidos han permitido seleccionar un aislamiento del hongo M. anisopliae denominado Qu-M845, que en ensayos de laboratorio ha logrado un control del 98% de ácaros.

Asimismo, en evaluaciones de terreno este aislamiento ha logrado un control de 67% de varroas cuando se aplicaron las esporas sobre y entre los panales de las colmenas en otoño (Figura 1 y 2).

En aplicaciones en primavera este aislamiento incrementó la caída de varroa en un 50% en comparación a colmenas en las cuales no se aplicaron estas esporas. 

La especificidad de este tipo de control asegura que su aplicación no dañará a las abejas. Lo anterior, junto con la capacidad patogénica del aislamiento seleccionado para el manejo de Varroa destructor y su tolerancia a las condiciones ambientales a las que será expuesto, permite considerar a los HEP como una nueva alternativa de control para esta plaga. 

Glosario:
Hemolinfa: sangre de los insectos. 
Aislamiento: cepa de hongo entomopatógeno obtenida desde muestra de suelo o insecto parasitado.

Investigación: Marta Rodríguez S. Ingeniero Agrónomo. Marcos Gerding P. Ingeniero Agrónomo. M.Sc. Investigadores INIA-Quilamapu.

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