La miel es un alimento natural elaborado por las abejas melíferas a partir del néctar de las flores o de las secreciones procedentes de partes vivas de las plantas o que se encuentran sobre ellas, que las abejas liban, transforman, combinan con sustancias específicas propias, almacenan y dejan madurar en los panales de la colmena.
Múltiples propiedades
Respecto a las propiedades medicinales de este producto, la docente de la Carrera de Química y Farmacia de la U. San Sebastián, María Cristina Aguirre, explica que la miel posee numerosas cualidades farmacológicas demostradas científicamente.
-Antioxidante: La miel contiene flavonoides (provenientes de las plantas a partir de las cuales la abeja elabora la miel) que actúan como antioxidantes que pueden proteger o prevenir la aparición de enfermedades metabólicas, envejecimiento celular, enfermedades cardiovasculares, entre otras.
-Hematológica e inmunológica: Diversos estudios científicos sugieren un efecto beneficioso en personas con anemia; estudios en ratas demuestran un aumento en la concentración de hemoglobina, un aumento en el recuento de eritrocitos y hematocrito tras el consumo oral de miel. Otros estudios en animales han demostrado una mejoría en la respuesta inmunológica.
-Salud bucal: Se sugiere que el consumo de miel natural, por su actividad antibacteriana y su contenido de calcio, flúor y fósforo, podría reducir el riesgo de caries dentales, gingivitis y disminuir el desarrollo de placa bacteriana.
-Gastroprotector: Hay estudios que sugieren su uso en el tratamiento de gastritis y úlceras pépticas ya que se ha demostrado un efecto gastroprotector, inhibidor de Helicobacter pylori y antioxidante.
-Propiedades oculares: El uso de la miel en trastornos oculares se conoce desde la época de la cultura egipcia.
La miel se puede usar para curar enfermedades oculares tales como lesiones inflamatorias de la córnea, conjuntivitis, úlceras de córnea de origen traumático e inflamatorio como consecuencias de las quemaduras térmicas y químicas, enfermedades de la retina, relacionadas con trastornos de la micro circulación (en particular con la trombosis venosa), distrofia de retiniana, catarata, etc. Estos usos están respaldados por las propiedades antibacterianas y antiinflamatorias de la miel.
-Efectos metabólico y cardiovascular: Se ha demostrado que la ingesta de miel mejora los factores de riesgo cardiovascular y metabólico en pacientes enfermos y en personas sanas con riesgo. Disminuye los niveles de colesterol sanguíneo, lipoproteínas de baja densidad, triglicéridos y glucemia.
-Cicatrizante: La miel tiene propiedades antisépticas y demulcentes (secreción viscosa con acción protectora), empleándose en forma de apósitos sobre la piel como cicatrizante y protector en el tratamiento de quemaduras, heridas quirúrgicas infectadas y úlceras.
-Actividad antimicrobiana: La miel natural es un antibiótico de amplio espectro muy potente que bacterias multi resistentes.
Formas de consumo y riesgos
Respecto a cómo incorporarla en nuestro uso diario, la docente sugiere que además de consumirla como alimento o edulcorante, también puede usarse junto con infusiones de plantas medicinales, así como también darle utilidad cosmética, empleándose en cremas de aplicación tópica como regeneradora, hidratante y suavizante de la piel.
En caso de preferir medicamentos naturales con miel, en vez de consumirla directamente, Ana María Aguirre explica que en el mercado es posible encontrar jarabes antitusivos que contienen miel y extractos de plantas medicinales con propiedades fluidificantes y expectorantes como eucalipto, llantén, palto, flores pectorales, entre otras.
También se puede adquirir que contenga miel y aloe vera y se emplea como energizante, desintoxicante y estimulante menor del sistema inmune. Así también se pueden encontrar gotas oculares que contienen miel y se indican para el tratamiento de cataratas y la pérdida de trasparencia del ojo con disminución de la visión.
Respecto a las contraindicaciones, la experta sostiene que debido al alto contenido de carbohidratos, su consumo por vía oral no se recomienda en personas con diabetes mellitus. Respecto a la aplicación ocular, se puede presentar una sensación punzante transitoria y enrojecimiento del ojo después de la aplicación, que desaparece al discontinuar su uso. Su uso tópico en cremas también podría causar irritación a la piel.
“La miel como cualquier otro alimento natural, puede estar expuesta a la contaminación residual proveniente de las prácticas agronómicas, como antibióticos, pesticidas, metales pesados y otros compuestos tóxicos. Además, hay que considerar que la miel envasada no esterilizada puede estar contaminada con la bactería clostridium botulinum (causante de la enfermedad llamada botulismo)”, dice Aguirre.
En este caso, explica la académica, esta bacteria se multiplica en el colon (de personas con tracto gastrointestinal inmaduro), se absorben pequeñas cantidades de su toxina, observándose letargo, debilidad y falta de apetito, síntomas que requieren terapia de apoyo para su recuperación o que de lo contrario puede constituir una posible causa de muerte súbita en lactantes. Por ello, y con el fin de evitar la exposición a la bacteria y a las esporas que producen la toxina, no es recomendable alimentar a los bebés menores de un año de edad con miel cruda (la miel esterilizada no presenta este riesgo).