28 enero 2012

Bacalao a la miel - Cod with honey

 Bacalao a la miel - Cod with honey

INGREDIENTES:
2 LOMOS DE BACALAO ( YO HE UTILIZADO BACALAO FRESCO PERO PODEIS USAR DEL CONGELADO SIN NINGUN PROBLEMA)
ACEITE DE OLIVA
2 CEBOLLAS GRANDES
2 CUCHARADAS SOPERAS DE MIEL
HARINA
BECHAMEL
Lo primero que haremos será pasar los lomos de bacalao por harina y los freiremos en aceite bien caliente,cuando los tengamos,sacamos y dejamos escurrir sobre papel de cocina para que suelte los excesos de aceite.
Mientras en una sartén ponemos a pochar la cebolla en juliana,con un poquito de aceite y sal y lo tendremos a fuego muy suave hasta que empieze a coger color.Añadiremos entonces la miel y dejamos cocer juntos unos minutos.
En una fuente para horno colocamos la base de cebolla caramelizada y encima los lomos de bacalao.
Yo he colocado debajo del todo una capa de patatas que he tenido en el horno previamente unos 30 minutos.
Preparamos entonces una bechamel clarita y se lo añadimos por encima.
Metemos a gratinar y sacamos cuando esté doradito.
Probarlo y vereis que rico y jugoso queda el pescado cocinado asi.


INGREDIENTS:
2 COD LOINS (I HAVE USED COD COOL BUT YOU CAN USE THE FROZEN WITHOUT ANY PROBLEM)
OLIVE OIL
2 LARGE ONIONS
2 TABLESPOONS HONEY SOUP
FLOUR
BECHAMEL SAUCE
First thing we do is pass the backs of cod by flour and we fry them in hot oil, when we have them, get and let drain on kitchen paper to ensure that you release the excesses of oil.
While in a frying pan we put poach the onion into strips, with a little oil and salt and will over very low heat until that starts to get color.We will then add honey and let Cook a few minutes together.
A source for oven put the basis of caramelized onion and above the cod filets.
I've placed below all a layer of potatoes that I previously had in the oven about 30 minutes.
We then prepare a clarita béchamel and so add above.
We get to Gratin and removed when doradito.
Try it and you will see that rich and juicy is the fish cooked well.

14 enero 2012

ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LAS ABEJAS

ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LAS ABEJAS
Por: Jesús Llorente Martínez Dr. Veterinario
Las abejas de la miel viven en comunidad, a esta comunidad se le llama colonia, estando compuesta por los siguientes individuos: reina, obreras y zánganos, y bajo algunas condiciones especiales pueden aparecer las llamadas "abejas ponedoras". Estas aparecen, con ánimo de salvar la colonia, al quedarse esta huérfana y no poder construir las abejas realeras para dar nueva reina.
Son abejas normales pero que en cierta medida se les desarrolla el aparato reproductor teniendo la facultad de poner óvulos, pero como estas abejas no han sido fecundadas, todos los individuos que nacen darán lugar a zánganos, por lo que la colmena ira decayendo según vayan muriendo las abejas nodrizas y pecoreadoras, y por lo tanto la colmena tiene los días contados.
La reina
La reina es el alma de la colmena existiendo, en condiciones de normalidad, solamente una en cada colonia, siendo la encargada de poner los huevos y de mantener, con su presencia, el “espíritu” de la colonia de abejas.
Las reinas, en países con agricultura desarrollada, se pueden comprar ya fecundadas en centros de selección y criaderos de reinas, en los cuales han sido seleccionadas, controladas y criadas en las mejores condiciones.
Mientras no se pueda disponer de ellas lo que se debe hacer es producir las propias reinas apoyándose en las mejores colonias de la explotación.
Últimamente en España ya están apareciendo algunos apicultores que están produciendo reinas fecundadas.
Las obreras
Las obreras son las encargadas de hacer el resto de los trabajos tanto interiores como exteriores de la colmena como ya veremos más adelante.
Para darnos una idea de que las colmenas están más o menos vigorosas podemos dar las siguientes cifras:
- Una colonia con menos de 15.000 abejas se la puede considerar como débil.
- Cuando la colonia tiene de 15.000 a 30.000 abejas lo podemos conceptuar como medianamente vigorosa.
- Cuando tiene de 30.000 a 50.000 abejas se las puede decir que son colonias normales.
- Cuando tienen de 50.000 abejas en adelante son colonias muy vigorosas.
Para tener una idea más clara de lo dicho anteriormente, podemos decir que 1 Kg. de abejas obreras está compuesta aproximadamente de 10.000 individuos.
Los zánganos
Los zánganos desempeñan una misión primordial que es el de fecundar a las reinas si bien parecen aportar equilibrio y estabilidad a la colonia de la que forman parte.
El número de zánganos que puede haber en una colmena es muy variable y puede oscilar grandemente, pudiéndose decir que hay de 200 a 800 o más.
Al iniciar la reina la puesta a la salida del invierno prácticamente la colonia no produce zánganos por ser todavía innecesarios, pero según va avanzando la estación ésta se va potenciando como consecuencia de la entrada masiva del néctar, la colonia empieza a criar zánganos, para cuando llegue el momento de la enjambrazón haya zánganos más que suficientes, para poder fecundar a las reinas vírgenes que salgan a los vuelos de fecundación.
Cuando la primavera va pasando y nos vamos metiendo en el verano, las flores se van agostando y la entrada de néctar a la colmena desciende, las abejas se encargan de eliminar a gran cantidad de zánganos, bajando su población, llamándose a este fenómeno "la matanza de zánganos".
Funciones de las abejas obreras
Una vez que hemos descrito la misión de la reina y del zángano en las colmenas, vamos a ver la función que desarrollan las abejas obreras.
Lo normal es que una abeja obrera, en la época más activa, dure de 4 a 5 semanas, y esto nos hace pensar en el ritmo de puesta que tiene que mantener la reina en la colmena para que siempre haya nuevas crías que continúen la vida, aportando con su trabajo los alimentos y cuidados necesarios.
El apicultor conocedor de esto, debe procurar en todo momento las condiciones óptimas para que las colmenas se desarrollen normalmente y den buenos rendimientos.
Según el investigador Karl Von Friesch, las funciones que desarrollan las obreras a lo largo de su vida y según su edad las podemos dividir en tres etapas.
Primera etapa (1 a 10 días)
Limpieza de panales y celdillas
Nada más nacer las abejas, emplean las primeras horas en limpiarse, se endurece la quitina que la recubre todo su cuerpo y se orienta en los panales, busca alimento.
Orientadas en los panales se dedican a la limpieza de las celdillas, dejándolas en perfectas condiciones para que la reina realice la puesta.
Cuidado del pollo
Las abejas nodrizas alimentan a las crías con jalea real, ya que en esta etapa es cuando tienen más desarrolladas las glándulas hipofaringeas que son las encargadas de producir este alimento junto con las mandibulares, papilla de un color blanco lechoso que depositan las abejas en el fondo de las celdillas.
Existen diferencias cualitativas y cuantitativas en la jalea real que es suministrada a la reina a las abejas y a los zánganos.
En este mismo periodo alimentan a las larvas en sus tres últimos días antes de ser operculadas con una mezcla que realizan con el polen y la miel.
El cuidado de la cría exige gran trabajo, ya que para criar una sola larva, la celdilla en que ésta se halla recibe un número importante de visitas realizadas por las abejas que las alimentan, durante los seis días que las larvas se encuentran abiertas, una vez cerradas ya no son alimentadas realizándose la metamorfosis hasta el nacimiento de los diferentes individuos de la colonia.
Segunda etapa (10 a 21 días)
Las abejas obreras son las únicas que pueden segregar cera, para ello poseen ocho glándulas cereras situadas en la parte interna de las esternitas o placas ventrales de los segmentos del abdomen. En este periodo se atrofian las glándulas productoras de jalea real
Abejas constructoras o cereras
Durante las tareas de construcción, las abejas cereras, permanecen enganchadas por las patas unas con otras formando largas cadenas, a las que se denominan "cadenas de cera".
La secreción se produce cuando la temperatura alcanzada por las abejas en el interior de la colmena es de 35º o 36º. La cera fluida durante su secreción se moldea sobre los llamados espejos de la cera. La parte dura del anillo superior la prensa y la aplasta en forma de escamas que se solidifican y sobresalen entre los segmentos.
Con ayuda de una de sus patas posteriores, la cual tiene en el extremo una especie de garfio o uña arrancan la escama y la lleva a las mandíbulas donde la abeja la moldea.
Estas escamas de cera son las que emplean para la construcción de panales o bien para opercular las celdillas repletas de miel ya madura. 
Cada escama pesa aproximadamente 0.0008 grs (1.250. 000 escamas por kg de cera).
Por otra parte algunos autores estiman que para producir la secreción de 1 kg de cera necesitan consumir aproximadamente las abejas de 7 a 12 kg. de miel.
Estas consideraciones tenemos que tenerlas en cuenta para dar su valor real a los cuadros, sobre todo de las alzas, de cera estirada.
Abejas receptoras
En este periodo se encuentran también las abejas receptoras que son las encargadas de recibir el néctar de las pecoreadoras que llegan a la colmena, que contiene de un alto grado de humedad. El néctar que trae la pecoreadora en el buche, lo regurgita pasándolo a otra abeja receptora, haciendo esta operación varias veces entre estas abejas; durante este proceso el néctar va perdiendo humedad y la abeja que lo recibe segrega enzimas que van desdoblando los azúcares y transformándolos en miel, después de estas operaciones las abejas lo almacenan en las celdillas, pero todavía esta miel contiene un exceso de humedad, que la tiene que perder, por medio de unas corrientes de aire que producen las abejas ventiladoras, a esta operación se le llama proceso de maduración, y cuando la humedad es suficientemente baja para que no fermente, las abejas operculan la celdilla.
En este mismo periodo otras abejas se encargan de apisonar el polen que traen las abejas pecoreadoras en sus cestillas del polen, que las desprenden con ayuda de una de sus patas posteriores depositándolas en las celdillas, entonces las abejas receptoras se encargan de apisonarlo, con ayuda de la cabeza, para expulsar el aire que puede quedar entre la masa de polen, y posteriormente recubren estas celdillas con una ligera capa de miel para su mejor conservación.
Estas celdillas en las que almacenan el polen suelen tener diferentes coloraciones, debido a la flor que han visitado; estas celdillas no las llenan completamente.
Abejas limpiadoras o sanitarias
Son también abejas que se encuentran en el segundo periodo, siendo las encargadas de la limpieza de la colmena como arreglo de panales deteriorados, retirada de abejas muertas, larvas muertas, pequeños insectos y otros restos. Todos estos desechos los sitúan cerca de la piquera, recogiéndolos entre sus patas las abejas pecoreadoras cuando salen de la colmena, desprendiéndolo en vuelo lejos de la misma para evitar futuros problemas.
También estas abejas se dedican a la limpieza de otras abejas con sus patas, de polvo, polen y otras impurezas que pueden tener en su cuerpo.

Abejas de vigilancia o guardianas
Se encuentran también el segundo etapa de 10 a 21 días; la misión de estas abejas es hacer guardia en la piquera, patrullando un área en particular de la tabla de vuelo, examinando e identificando a todas las abejas que entran en la colmena.
Estos "exámenes" duran entre uno y tres segundos poniéndose en contacto con ellas a través de las antenas, reconociéndolas por el olor característico de su colmena, dejándolas pasar sin mayores problemas; por el contrario cuando son abejas que proceden de otra colonia, salvo si viene “cargadas” con alimento, entablan lucha con las invasoras hasta expulsarlas, llegándolas a matar si siguen insistiendo en entrar.
En la tercera etapa de los 21 días hasta la muerte
En este periodo se atrofian las glándulas cereras, y las abejas se convierten en abejas que realizan su trabajo en el exterior.
Abejas pecoreadoras
Son abejas que se encuentran en la tercera y última etapa, habiendo terminado todas las faenas en el interior de la colmena, estas abejas se convierten en pecoreadoras o sea trabajos como son la recolección de néctar, polen, agua y propóleos.
El primer día que salen de la colmena estas abejas dan unos vuelos de orientación alrededor de la colmena para situar la posición de la misma cuando regresan de la pecorea.


La vida en esta tercera etapa es relativamente corta sobre todo en los meses de primavera y verano, siendo solamente de 25 o 30 días, debido a la gran actividad y trabajo que están realizando. Por el contrario las que nacen al final del verano tienen una vida más larga, debido al poco desgaste que tienen, al salir muy poco de la colmena, estas suelen durar hasta los primeros vuelos que hacen al iniciarse la actividad pasado el invierno.
Para darnos una idea del trabajo tan agotador que realiza una pecoreadora acopiadora de néctar en plena actividad, esta tiene que visitar de 700 a 1500 flores para llenar su buche de néctar, realizando esta actividad una serie de veces al día, acarreando en cada viaje en su buche unos 30 mg. de néctar.
Las abejas pecoreadoras, aportarán el polen necesario para ir alimentando las larvas, en ocasiones algunas colmenas almacenan mayor cantidad de polen del que pueden necesitar, quedando como reservas en los panales Los propóleos los irán trayendo según las necesidades de la colmena, empleándolos para ir tapando grietas, ventilaciones innecesarias, pegar los cuadros en el interior de la colmena, para que estos queden bien sujetos, también emplean para recubrir o embalsamar algún que otro individuo que pueda introducirse en la colmena, y una vez que lo matan, no pudiendo sacarlo por su excesivo peso lo recubren completamente con una ligera capa de propóleos, para evitar su descomposición y no producirse olores en el interior de la colmena.
También se produce un aporte de agua que es realizado por abejas pecoreadoras que es demandado en cantidad diferente, atendiendo a la estación meteorológica y al estado fisiológico de las abejas.
Este aporte de agua compensa las pérdidas ocasionadas y tiene distintas utilidades: aporte de un alimento acuoso, mantenimiento del grado de humedad en la zona de cría, mantenimiento del equilibrio humedad – temperatura en el interior de la colmena, etc.

05 enero 2012

CHILE- EL MAIZ TRANSGÉNICO Y LA APICULTURA

CHILE- EL MAIZ TRANSGÉNICO Y LA APICULTURA
Martes 03 de Enero de 2012 02:40 por Horacio Mezziga
El maíz transgénico, producido para multiplicación de semilla de exportación, se ha autorizado desde el año 1993 en adelante. La superficie ha aumentado de 6.002 ha en 1999 a 13.614 ha en 2010. Las liberaciones de maíz transgénico se ha efectuado en casi todas las regiones del país.
Estos cultivos son efectuados al aire libre con insuficientes medidas para contener el polen que viaja con el viento y las abejas y poliniza cultivos cercanos contaminándolos genéticamente.
Como era de esperar, el maíz transgénico ya ha contaminado maíces convencionales de Chile. Un estudio efectuado por Greenpeace en 2005 demostró la contaminación de semillas de maíz convencional con semillas transgénicas comercializadas para uso nacional. El maíz DK440 de ANASAC presentó contenidos de semillas transgénicas NK 603 y MON 810 de Monsanto. (Greenpeace, 26 de abril, 2005). También en el año 2008, el Programa Chile Sustentable, la Fundación Sociedades Sustentables y Desarrollo Rural Colchagua, encontraron por primera vez contaminación de maíz en el campo en 4 predios cercanos a semilleros transgénicos de la VI Región en un estudio que abarcó 30 predios. Uno de los maíces contaminados era la variedad carabina o diente de caballo que es un recursos fitogenético de Chile. Estos eventos son muy graves pues estos maíces contaminados pueden ser usados como semillas dispersando la contaminación aun mas. El SAG que autoriza estos cultivos no ha efectuado mediciones de campo o adoptado medidas para controlar la contaminación.
Por otra parte, la presencia de cultivos transgénicos de maíz y otros, esta teniendo graves impactos en la apicultura, pues se ha demostrado la contaminación de la miel con polen transgénico. De acuerdo a una exportadora chilena de miel que efectuó análisis a 20 tambores de miel chilenos, en todos encontraron polen transgénico. También encontraron transgénicos en miel de la Isla de Chiloé, que posiblemente se debiera a su alimentación con fructosa pues la Isla no tiene transgénicos (Juan Pablo Molina, JPM Exportaciones, 2011).
Esta situación estaría afectando la comercialización de la miel chilena a la UE dado que el Tribunal de Justicia Europeo dictaminó el martes 6 de Septiembre de 2011, que la miel que contenga trazas de polen transgénico deberá someterse previamente a una autorización para poder ser comercializada. El Reglamento de la Unión Europea señala que cualquier alimento que tenga sobre 0.9% de contenido transgénico deberá ser etiquetado.
El 90% de la producción nacional de miel es exportada a Europa. Eso implica que la miel chilena deberá ser analizada y certificada antes de entrar a Europa. Debido a que los cultivos transgénicos se encuentran en casi todo el país, los apicultores se encuentran en una seria disyuntiva pues les será muy difícil asegurar miel libre de polen transgénico. El país además posee escasa capacidad para detectar contaminación. Ante esta situación, los apicultores han estado solicitando la creación de zonas de protección apícola y determinación de zonas donde colocar sus panales.

27 diciembre 2011

El Ciclo Anual de Vida de La Colmena

Por Orlando Valega de “Apícola Don Guillermo” Correo: apicoladonguillermo@yahoo.com.ar
¿Cómo definiría a la Colmena si fuera un organismo?
La colmena es un gran organismo compuesto por miles de seres vivos mas pequeños; las abejas obreras (hembras estériles), un grupo reducido de zánganos (los machos), una o mas reinas (hembras fértiles), miles de huevos, larvas, y ninfas en continuo nacimiento. Este grupo de seres vivos se protegen en una estructura denominada Nido, compuesta por varios panales capaces de albergar y proteger a las crías, conservar los alimentos y dar protección a todos los individuos de este organismo. Este gran organismo tiene temperatura y humedad constante, independientemente de la temperatura y humedad exterior. Con mecanismos propios de defensa al igual que los seres vivos que lo componen, Se multiplica por división simple pero cada uno de sus integrantes proviene de una reproducción sexual. Este gran organismo es casi inmortal, capaz de mantener una juventud permanente, Etc.

  Colmena colgada de las ramas
Introducción:
La vida de una nueva colmena comienza a partir de la multiplicación o división de la colmena en dos nuevas colmenas, madre e hija y a este proceso de multiplicación se lo denomina como “Enjambrazón”
La “Enjambrazón”, a pesar de ser considerado un defecto de las colmenas, es en  realidad, uno de los fenómenos mas importantes en la vida de las mismas, nada mas y nada menos, que el proceso natural de multiplicación, el proceso biológico imprescindible para la preservación de la especie. Todos los seres vivos se multiplican o tratan de hacerlo aunque sea lo último que hagan con tal de preservar la especie. Además el proceso de enjambrazón es uno de los métodos que la naturaleza dio a las colmenas para evitar la cruza consanguínea, Los enjambres llevan los genes lejos de su colmena  de origen. Además para evitar la consanguinidad tanto la reina como los zánganos se fecundan muy lejos de sus colmenas de origen .Inician una nueva etapa de su vida con la formación de un enjambre, que después de instalarse en algún lugar previamente elegido, se desarrolla incorporando una estructura (panales) que servirán de nido para las crías, sostén de la vivienda, depósito de las reservas, aislamiento del medio hostil del exterior, entre otras.
 Colmena de 1m de largo colgada de las ramas
Esta Colmena, a grandes rasgos, diremos que está integrada por una abeja reina y madre y padre de los demás integrantes de la colmenas; Las obreras, los machos y la futura soberana. Pero antes de multiplicarse debe crecer y este proceso se inicia en primavera en concordancia con el ciclo floral. En la medida que aumenta la floración se incrementa la postura, los nacimientos de las abejas obreras que a su vez aumentan la cantidad de panales, con ellos las reservas de miel y polen que servirán para alimentar luego mas crías.
En la cúspide de este vigoroso crecimiento, cuando la colmena está repleta de abejas obreras, abejas machos (zánganos) y reservas de alimento, se produce la enjambrazón o proceso natural de multiplicación de las colmenas; Una parte de las obreras, algunos machos y la reina abandonan el nido en busca de otro lugar para iniciar una nueva vida.
En la estructura vieja quedan pocas crías, casi todas las reservas de alimentos, casi la mitad de las obreras y un rosario de voluminosas celdas, con crías superalimentadas, en los bordes inferiores de los panales.
Son las futuras princesas. Una de ellas logrará refundar la colmena para continuar renovada en busca de volver a cumplir con su cometido. Por este proceso natural de las colmenas yo digo que tienen “Inmortalidad”
 A partir de este momento y una vez que se ha fecundado la nueva reina madre de este organismo colmena, comienza nuevamente un ciclo de posturas, nacimientos, hasta que llegado el otoño la reina gradualmente reduce la postura para prepararse al descanso invernal.
La colmena no solo renueva su reina cuando enjambra o se multiplica,  además, con frecuencia renueva su reina a medida que esta envejece, Este proceso por el cual armónicamente la colmena cambia la reina por otra joven y que es nuevamente fecundada por varios machos, en ingles lo llaman el “Supersedure”(Reemplazo tranquilo de la reina), yo lo denomino La Juventud Permanente
Inicio Primaveral
Después del duro receso invernal comienza el ciclo mas activo del año.
En vísperas de primavera comienzan las primeras floraciones: En Julio; las dombeyas, aromitos, durazneros, ciruelos. En agosto; la mora, el lapacho, el citrus, la tala, el palto, etc. Todo gradualmente, hasta que llega al pico máximo a fines de septiembre y parte de octubre con las floraciones de la planta que llamamos “Primavera”.
Al principio (fin de julio; hemisferio Sur) las abejas comienzan a ingresar con poco polen y poco néctar porque la naturaleza no lo aporta en grandes cantidades, pero no nos olvidemos que las cosas no están hechas al azahar, si las colmenas tuvieran mucho polen y mucho néctar de golpe no lo podrían utilizar porque no hay suficientes abejas para acopiarlo, ni alimentar las crías y calentar el nido. Pero la naturaleza no hace eso, provee de alimentos en forma gradual, al principio pocas flores, poco néctar y poco polen. Gradualmente en sintonía con el incremento de la floración se produce el incremento de la población de abejas para llegar al pico de floración (fines de septiembre; hemisferio sur) con la cantidad de abejas suficientes para aprovechar esa gran oferta floral. Un poco después, con las reservas completas y saturadas de abejas jóvenes; la colonia decide multiplicarse y comienzan a salir los primeros enjambres, aquí a mediados de octubre.
Multiplicación
La enjambrazón se produce corrientemente en momentos en que se inicia la gran mielada, con grandes flujos de néctar, con gran cantidad de abejas que calientan el nido y dificultan la termorregulación. El néctar compite por espacio con la postura que se ve desplazada hacia abajo, la reina, al no poder poner con la misma frecuencia disminuye la liberación de feromonas, este fenómeno se incrementa en colmenas con reinas viejas ya que éstas de por sí,  liberan menos feromonas. Por consiguiente disminuye la sustancia real de la reina y de la larva, al disminuir la postura,  ya que ésta también libera feromonas (BP o Brood Pheromone)que inhiben el desarrollo de las celdas reales. Se descubrió además que el 40 % de las obreras al momento de enjambrar, tiene desarrollado los ovarios. Además, se dificulta  el contacto entre abejas porque hay muchas en  poco espacio, Para poder mantener la temperatura  muchas abejas salen fuera del nido formando una especie de barba, hecho que hace más difícil aún la transmisión de la feromona. Este conjunto de factores hace que las obreras construyan gran cantidad de celdas reales en los bordes de los panales ya que es el último lugar que tuvo acceso la reina para aovar.
En realidad no se conocen con certeza y precisión todos los factores que desencadenan el proceso de enjambrazón, pero la explicación que acabo de describir es la que más me convence.
Decimos en otro momento que la multiplicación en las colmenas es asexual como lo haría una planta por gajos ya que al salir el enjambre con la reina no hay intervención del sexo. Una parte de la colmena se desprende en forma de enjambre formado por miles de obreras, una reina y varios zánganos y emigra lejos para volver a fundar otra colmena. La colmena vieja logra criar otra reina madre a partir de una larva hermana lo que permite reiniciar la vida con energías renovadas
El Éxodo:
Una vez que está resuelta a enjambrar la colmena es imposible que vuelva a su lugar de origen por mas que se capture el enjambre y se lo vuelva al mismo lugar de donde salió. Los enjambres se radican muy lejos de la colmena de origen y la explicación mas razonable es  que hacen esto para evitar en todo lo posible la consanguinidad.
Antes de partir el enjambre revolotea por los alrededores de la colmena y se posa en alguna rama de las cercanías. Desde allí envía a las abejas exploradoras, las mas viejas del grupo, a buscar un lugar adecuado en donde fundar la nueva colmena. La localización del emplazamiento forma parte de la enjambrazón. Es muy frecuente un viaje de varias escalas hasta encontrar la morada Una vez que revisan un lugar las Exploradoras recorren nerviosas, limpian todo lo que moleste a sus propósitos, tal vez sea el hueco de un árbol, el pozo de una termita, una simple rama, un cajón abandonado o una vieja colmena, a la que dejan limpia y libre de restos de cera o polilla,. Recorren de un lugar a otro como ávidas de encontrar algo, con marcada euforia, muy excitadas hasta que repentinamente desaparecen todas de golpe, vuelven al enjambre, encontraron el lugar y muy pronto, al cabo de pocos minutos, se oscurece el cielo, rompe el silencio un murmullo cada vez mayor, casi ensordecedor y aparece el gran enjambre, mas de treinta mil abejas buscando ser las primeras en posarse en el lugar. La soberana con gran disimulo y timidez, como camuflándose entre la multitud , entra triunfal a lo que de aquí en adelante; será su morada.
En menos de media hora todo el enjambre con su soberana está ordenadamente ubicado En pocas horas ya están ingresando con néctar. Las abejas cereras, como si fueran trapecistas se las ven colgadas, prendidas unas de otra, confeccionando los panales que luego servirán de receptáculo para las crías, alimentos y de estructura de la Colmena
Las colmenas en la naturaleza eligen los lugares en el que asentarán su nido y no siempre concuerda con lo que nosotros creemos que es mejor para ellas. Parece caprichoso, muchas veces noté que en vez de entrar el enjambre en una colmena vacía armada con 10 cuadros limpios labrados, optan por ocupar otro cajón vacío, roto y lleno de mugre.
Posiblemente no sea capricho ya que siempre se instalan en los cruces de energías telúricas, en los cruces de las líneas de Hartmann al igual que las avispas, hormigas y termitas
Fundación de la nueva colmena
Normalmente los enjambres salen con la reina de la colmena una vez que las nodrizas opercularon las celdas reales de enjambrazón. Para ese momento la reina a consecuencia de haber disminuido notablemente la postura, tiene reducido el abdomen lo que facilita el vuelo. Este enjambre, que generalmente es el único y sale con la reina de la colmena en condiciones de reiniciar la postura en forma inmediata, emigra a varios kilómetros de distancia, recorrido que puede realizarlo en varias etapas.
Estos enjambres son muy activos y crecen en forma explosiva, es impresionante el desarrollo que obtienen en pocos días, y este fenómeno se debe a que la colmena al enjambrar, sale con una reina madura, (que no significa vieja ver: “Intercambio genético entre colmenas) lista para reiniciar la postura, con muchas abejas nodrizas y abejas longevas,  que son las que estimulan la postura de la reina sobrealimentándola con jalea, al igual que a las nuevas crías. Son ellas las que rápidamente labran con cera los nuevos panales imponiendo el característico ritmo frenético de crecimiento. En pocas horas labran los primeros panales a lo que inmediatamente la reina los llena de huevos. A los tres días comienzan a nacer las primeras larvas y simultáneamente las pecoreadoras comienzan el acarreo de polen para alimentar las nodrizas y poco después a las larvas. Acopian frenéticamente miel y polen y en poco tiempo logran crear una colmena completa dispuesta a prepararse para la próxima invernada.
Hay otro proceso biológico que se produce en la enjambrazón que seguramente propicia también el vigor notable de los enjambres y de la colmena que queda. Dijimos que: Cuando las colmenas entran en la mielada fuerte, el ingreso de miel compite por espacio con la postura de la reina, la miel empuja a la postura hacia abajo y la reina tiene cada vez menos espacio para poner, la postura disminuye y en consecuencia disminuye la cría para alimentar, la reina pierde el atractivo olor que provocan las feromonas, a consecuencia de la disminución de la postura y las obreras son inducidas a formar celdas reales de enjambrazón. A partir de este momento la colonia tiene gran cantidad de individuos, en su mayoría nodrizas y una buena cantidad de abejas jóvenes de mas de 15 días de edad pero, que por no haber alimentado larvas con jalea, se mantienen por más tiempo como si fueran nodrizas. Este fenómeno es similar al que ocurre con las abejas longevas de invierno Cuando el enjambre sale deja un buen numero de abejas “jóvenes longevas” y pecoreadoras que permiten, –junto a una reina nueva- el rápido desarrollo de la colmena. Tanto el enjambre como la colonia que queda tienen suficiente cantidad de abejas productoras de jalea real y de esa forma se mantiene un equilibrio en el   desarrollo de ambas colmenas.
Refundación de la Colmena:
Renovación de las reinas de la colmena madre (Vuelo Nupcial)
Dijimos que antes de enjambrar las obreras construyen gran cantidad de celdas reales bien dotadas y de excelente calidad. Cuando estas se encuentran operculadas, el enjambre sale de la colmena con la reina y un cortejo de abejas jóvenes en busca de un nuevo lugar para anidar.
En la colmena,  al poco tiempo nacen las princesas de ese rosario de celdas que en algunos casos, vuelve a producir otros enjambres secundarios, con una o más reinas vírgenes. Normalmente al nacer la primera, las obreras o la princesa,  destruyen las demás celdas y no sale un nuevo enjambre. Estas celdas reales son denominadas “celdas de enjambrazón” y son consideradas de muy buena calidad para la reproducción de la colmena ya que se produce en situaciones normales, por voluntad de la colmena y no motivadas por una emergencia. Los apicultores biológicos que se ajustan a las directrices de la asociación “Demeter”, utilizan solamente este tipo de celdas para hacer nuevos “gajos” y así reproducir sus colmenas.A los pocos días de nacer la princesa está lista para ser fecundada y a pesar de estar rodeada de sus medio hermanos, los zánganos de la colmena y algunos intrusos, estos no sienten el deseo por el sexo ante la presencia de la princesa, solo después que emprende el vuelo y se aproxima a la gran congregación, el instinto reflota en los dormidos zánganos y la persecución comienza. (La naturaleza es savia decía mi padre, Las colmenas no toleran la consanguinidad y si los zánganos hermanos la fecundan se autodestruiría)
Maurice Maeterlinck, en su libro “La vida de las abejas”  comenta: En torno de la reina virginal, y viviendo con ella entre la muchedumbre de la colmena, se agitan centenares de machos exuberantes, siempre ebrios de miel, cuya única razón de ser es un acto de amor. Pero, a pesar del contacto incesante de dos inquietudes que en todas partes derriban todos los obstáculos, la unión nunca se opera en la colmena, y jamás se ha logrado fecundar una reina cautiva*. Los amantes que la rodean ignoran lo que ella es mientras permanece en medio de ellos. Sin sospechar que acaban de dejarla, que dormían con ella sobre los mismos panales, que quizá la hayan atropellado en su salida impetuosa, van a pedirla al espacio, en los ámbitos más recónditos del horizonte. Diríase que los ojos admirables que adornan su cabeza entera como un casco flamígero, no la conocen ni la desean sino cuando se ciernen en el azul del cielo. Todos los días, de las once a las tres, cuando la luz está en todo su esplendor, y sobre todo cuando el Mediodía despliega hasta los confines del cielo sus grandes alas azules para atizar las llamas, del sol, su horda emponchada se lanza en busca de la espesa que en leyenda alguna de princesas inaccesibles, puesto que veinte o treinta tribus la rodean, acudidas de todas las ciudades del contorno, para formarlo un cortejo de más de diez mil pretendientes, y puesto que uno solo, entre esos diez mil, será el elegido para un único beso de un solo minuto, que lo desposará con la muerte al mismo tiempo que con la dicha, mientras los demás vuelan, inútiles, en torno de la enlazada pareja, y perecerán bien pronto, sin volver a ver la aparición prestigiosa y fatal.
La Princesa vuela lejos en busca de los centros de congregación de los zánganos que a su vez han llegado de todas las direcciónes par fecundar a la princesa. Es probable que la copulen mas de un pretendiente, pero todos mueren después de la copulación al perder, con los atributos del sexo, parte de las entrañas.
Después de varios vuelos de fecundación la nueva reina, “Madre y Padre” de la colmena comienza la postura de los huevos para obrera y los óvulos para criar zánganos. La Reina si aova un óvulo determina el sexo de los zánganos y el esperma del macho al fecundar al óvulo, determina el sexo de una hembra Fértil (princesa) o estéril (obrera)
Ella contiene los espermas que servirán para fecundar durante toda su vida a sus propios óvulos y así permitir que la colmena continúe Joven y renovada por siempre, ya que cuando haga falta, criarán, con una larva hija de la reina otra princesa, que la reemplazará y perpetuará a la colmena.
Dice Maurice Maeterlinck, en su libro “La vida de las abejas” que “La nueva reina no tiene más que una preocupación: Librarse lo más pronto posible de los recuerdos importunos del esposo que dificultan sus movimientos. Se sienta, en el umbral y arranca, con cuidado los órganos inútiles que las obreras van llevando para tirarlos lejos de allí; porque el macho le ha dado cuanto poseía y mucho más de lo necesario. Ella no conserva en su espermateca más que el líquido seminal donde nadan los millones de gérmenes que, hasta el día de su muerte, bajarán uno por uno al paso de los huevecillos, a realizar en la sombra de su cuerpo la unión misteriosa del elemento macho y hembra de que nacerán las obreras. Por un curioso cambio, ella, es la que suministra el principio masculino, y el macho el principio femenino. Dos días después del ayuntamiento, la reina pone los primeros huevos, y al punto el pueblo la rodea de minuciosos cuidados. Desde entonces, dotada de doble sexo, encerrando en su ser un inagotable padre, comienza su verdadera vida, no sale ya de la colmena, no vuelve a ver la luz, si no es para acompañar a algún enjambre, y su fecundidad no se detiene sino al acercarse la muerte.
 Refundación de la  Colmena Madre
La reina joven y recién fecundada comienza la postura dotando a la vieja colmena de energías renovadas. Mientras van muriendo las agotadas pecoreadoras, vuelve a crecer la cría, comienzan los nacimientos, se incrementa la cantidad de abejas jóvenes hasta repoblar el nido de cría.
La Otoñada.
Después de la mielada de verano, en los inicios del otoño, con los panales llenos de reserva, suficientes para pasar el invierno, la reina comienza a disminuir la intensidad de la postura y simultáneamente van muriendo las abejas viejas agotadas por la ardua tarea del pecoreo intensivo del verano. A medida que disminuye el trabajo de pecoreo, también disminuye la actividad de las nodrizas que ya no tienen que alimentar tanta cría. El desgaste de proteínas corporales disminuye y se acumula en las abejas nuevas, que a medida que no tienen que alimentar mas larvas van adquiriendo mayor fortaleza y dotación de reservas adiposas y proteicas que redundarán en una mayor longevidad de las mismas. Las larvas son alimentadas con una ración de jalea real los tres primeros días y después con una dieta rica en proteínas hecha con polen, jalea y miel, pero después de que nacen las abejas todavía necesitan una alimentación con alto contenido proteico provisto por el polen que utilizan en su alimentación. Es evidente que tanto la nutrición de las nodrizas que alimentan las larvas que se transformarán en las abejas longevas, como la alimentación de estas, hasta llegar a la etapa de abejas adultas, es de vital importancia para un correcto despegue primaveral.
Las obreras acumulan poco polen, apenas para unos pocos días, pero acumulan proteínas en forma de proteínas corporales, de allí la importancia de la alimentación de otoño. Una buena alimentación significa una buena invernada y buen despegue primaveral.
Es evidente que para pasar el invierno y por sobre todo para cumplir con la agotadora tarea de reiniciar el ciclo de reproducción primaveral se requiere además de reservas de proteínas en el cuerpo de la obrera ; de gran cantidad de reservas energéticas que en la colmena se la encuentra en forma de miel.
Hay otro gran acontecimiento que se da en la colmena antes del descanso invernal:
La Matanza de los Zánganos.
Los zánganos después de fecundar a las reinas, única misión aparente de estos individuos de la colmena, son expulsados y /o asesinados por las abejas obreras, que preparan a la colmena para invernar. La colmena ya no necesita de los zánganos y debe ser austera en el consumo de los alimentos durante el periodo de receso invernal. Durante el periodo de fecundación y de abundancia de los alimentos fueron mimados por los demás integrantes de la colmena, recorrieron las distintas colmenas de las que se alimentaron a gusto sin ser molestados, pero ahora que ya no cumplirán por un tiempo con su función vital, las obreras los expulsan o matan.
Maurice Maeterlinck, en su libro “La vida de las abejas” a pesar de no ser biólogo  describe muy acertadamente este fenómeno de las colmenas: Después de la fecundación de las reinas, si el cielo continúa claro y cálido el aire, si el polen y el néctar abundan en las flores, las obreras, por una especie de olvidadiza indulgencia, o quizá por excesiva previsión, toleran algún tiempo más la presencia importuna y ruinosa de los zánganos. Estos se conducen en la colmena como los pretendientes de Penélope en la casa de Ulises. Pero la paciencia de las abejas no es igual a la de los hombres. Una mañana comienza a circular por la colmena la consigna esperada, y las apacibles obreras se transforman en jueces y verdugos. No se sabe quién da la consigna; emana de repente de la indignación fría y razonada de las trabajadoras, y de acuerdo con el genio de la república unánime tan pronto como se pronuncia llena todos los corazones. Una parte del pueblo renuncia a salir en busca de botín para consagrarse aquel día a la obra justiciera. Los gordos holgazanes dormidos en descuidados racimos sobre las paredes melíferas, son arrancados bruscamente de su sueño por un ejército de vírgenes irritadas. Los unos sucumben a sus heridas y son inmediatamente arrastrados por dos o tres de sus verdugos a los lejanos cementerios. Otros, menos heridos, logran refugiarse en algún rincón en que se amontonan y donde una guardia inexorable los bloquea, hasta que se mueran de inanición. Después de la ejecución de los ociosos en las ciudades populosas y opulentas, el trabajo se reanuda, pero con ardor decreciente porque el néctar comienza a escasear. Las grandes fiestas y los grandes dramas han pasado.
El Receso Invernal:
Después de la matanza de los Zánganos, la reina, en algunos climas mas rigurosos baja tanto la postura que prácticamente no hay crías, las pecoreadoras van muriendo poco a poco hasta desaparecer. En la colmena solo quedan abejas de invierno o longevas, estas que acumularon reservas proteicas y adiposas, las que dan el inicio primaveral alimentando a las crías nuevas de la primavera y labran los primeros panales.

22 diciembre 2011

Cordero a la naranja y miel con patatas al romero

Cordero a la naranja y miel con patatas al romero

El cordero al horno es un manjar que inunda el paladar de un sabor exquisito, no precisa de mucho aderezo para ser un plato estrella, pero si queremos variar su sabor y elevarlo a los paladares más finos, resulta delicioso el Cordero a la naranja y miel con patatas al romero, toma nota.
Los ingredientes
1 paletilla (o pierna) de cordero, 1 naranja, 3 cucharadas de postre de miel de romero, 200 mililitros de vino blanco, 1 cuchara de bayas de pimienta negra, ½ kilo de patatas, 1 cebolla grande, 4 dientes de ajo, 1 ramita de romero, pimienta negra molida, aceite de oliva y sal.
La preparación
Pon el horno a calentar a 180º C. Unta la bandeja del horno con aceite de oliva y también la paletilla de cordero, sazona con pimienta negra molida y sal.
Pela las patatas y córtalas en rodajas, también las cebollas y pela y machaca los ajos. Introduce todo en una fuente de horno, espolvorea sal, el romero, riega con aceite y mezcla bien.
Cuando el horno haya cogido la temperatura adecuada introduce la bandeja con el cordero a altura media en el horno y un poco más abajo la fuente con las patatas.
Ralla la piel de la naranja y deposítala en un bol, exprime la naranja y agrega el zumo al bol junto al vino, la miel y las bayas de pimienta negra.
Pasados 20 minutos de la introducción del cordero en el horno, al que habrás dado la vuelta ya una vez, riega con el jugo de naranja preparado y deja cocer unos 40 minutos más dando la vuelta de vez en cuando y regando con el jugo.
Cuando las patatas estén cocidas y ligeramente doradas y el cordero sutilmente caramelizado y tostado, sirve los platos y prepárate para chuparte los dedos.
La degustación
Una combinación de sabores exquisita, recuerda que para cocinar en el horno se debe poner un poco más de sal, añadiendo que la miel y la naranja le otorgarán a la carne un punto de dulzor delicioso. ¡Que aproveche!

09 diciembre 2011

La colmena: un ecosistema en equilibrio

La colmena: un ecosistema en equilibrio
Por: Ing. Agr. Raúl Coppa Técnico EEA INTA Esquel (Estación Experimental Agroforestal Esquel, Chubut)
Reseña: El objeto de este artículo es visualizar a la colmena como un ecosistema en equilibrio y tratarlo como tal. Las intervenciones del apicultor suelen romper el equilibrio existente en la colmena dando lugar a trastornos que afectan el desarrollo equilibrado de la población como la sanidad de la misma, ya que ante factores de estrés, la colonia enferma.
Introducción
Todo ecosistema está integrado por elementos bióticos y no bióticos que se encuentran en equilibrio en forma natural.
Los elementos climáticos como la luz solar, la temperatura, las precipitaciones y la presión atmosférica, entre otros, se combinan con los factores edáficos y condicionan el desarrollo de tipos particulares de vegetación que sostienen determinadas clases de animales herbívoros y éstos dan lugar a los carnívoros y todos, cuando mueren, vuelven al suelo donde son descompuestos por los microorganismos. Ésta es, en apretada síntesis, un prototipo de ecosistema terrestre En cada uno hay un flujo de energía y materiales que entran y salen del mismo y todo el conjunto se encuentra en equilibrio ... hasta que el hombre interviene.
La población
Una colmena es un ecosistema en equilibrio. En un determinado espacio se desarrolla una población de abejas que crece en primavera, se estabiliza en verano y decrece en otoño e invierno hasta la próxima primavera. En primavera crece la población hasta completar la totalidad del espacio disponible y, una vez cubierto, la población se subdivide mediante el fenómeno de la enjambrazón.
Una colonia no es sólo un conjunto de abejas. Hay una organización perfectamente adaptada para cubrir todos los requerimientos que les permite a esta familia no sólo sobrevivir, sino también producir sus propias reservas de alimentos, reproducirse, conservar la especie y difundirse geográficamente. Para ello cada miembro de la colonia (o familia) realiza una actividad sumamente especializada. Una colonia es un Sistema, es decir, un conjunto de elementos que interactúan tan estrechamente unos con otros que resultan inter-dependientes. En una colonia cada tarea, que cada abeja realiza, resulta imprescindible para todas las demás ya que cada una no puede sobrevivir sola, necesita del conjunto, y por sí mismas no se encuentran dotadas para sobrevivir ni cumplir con todas las demás funciones biológicas.
Hay otros componentes bióticos en este ecosistema. Hay, por ejemplo, microorganismos (hongos, bacterias, etc) que se mantienen controlados gracias a la producción de propóleos. Este producto, producido por las abejas a partir de resinas que cosechan de ciertos árboles, es el elemento antiséptico y desinfectante con que cuentan las abejas para mantener una población sana en tan reducido espacio.
En el transcurso de su crecimiento poblacional, las abejas construyen panales de cera donde depositan cría, polen, néctar y miel. Del exterior traen agua, néctar de flores o azúcares de otras fuentes (como pulgones, por ejemplo), resinas y polen o, en casos de emergencia, elementos proteicos de otras fuentes.
Este ambiente interior de la colmena se desarrolla en ausencia de luz y está fuertemente influenciado por la temperatura y la humedad, dos factores ambientales determinantes en la supervivencia, en la sanidad y en la conducta de las abejas.
La Temperatura
La colonia es un ecosistema en equilibrio y si bien las abejas son organismos de "sangre fría", necesitan mantener el calor dentro de un rango apropiado a las circunstancias.
La colonia de abejas posee una serie de mecanismos que tienden a mantener la temperatura dentro de un rango que les permite sobrevivir y desarrollar los trabajos propios en cada estación del año.
La colonia mantiene su temperatura en los rangos apropiados merced a los siguientes mecanismos:
Apiñamiento
Las abejas (de distintas edades en forma mezclada) se apiñan formando un racimo que en invierno se lo llama "bolo invernal". Los enjambres que permanecen a la intemperie hasta dirigirse al lugar definitivo también lo hacen, al igual que las abejas que son transportadas en forma de paquetes. Aún en primavera o en otoño o puede suceder en veranos frescos, cuando la temperatura disminuye sustancialmente, las abejas se agrupan para mantener la temperatura o generar calor.
En este racimo funcionan dos tipos de movimientos:
Por una parte las abejas -tomadas de las patas- se acercan o separan entre sí contrayendo o expandiendo el racimo.
Por otra parte, en invierno o en períodos prolongados de frío, hay un movimiento de revolución: las abejas de la periferia se mueven hacia el interior del racimo y las del interior a la periferia. Sin este segundo mecanismo, las abejas del borde terminarían por morir dejando en la periferia a una segunda línea de abejas que también terminarían muriendo y así sucesivamente hasta la muerte de todo el racimo. En cambio con este movimiento de revolución todo el racimo sobrevive reduciendo al mínimo la mortandad de las abejas por hipotermia.
En la estructura del racimo existe otro hecho que permite conservar el calor. Las abejas de la periferia -en un espesor de 2 a 7 cm- se encuentran más juntas, más apretadas que las del centro formando una banda protectora.
Batido de alas
Las alas, además de ser los órganos anatómicos que utilizan para volar, son empleadas para generar calor o para ventilar para lo cual generan con ellas un movimiento circular logrando así sus propósitos. En el racimo este mecanismo se pone en marcha para generar calor cuando la temperatura del mismo desciende hasta los 14°C y para refrescar (ventilación) cuando supera los 35°C. No todas las abejas participan de este movimiento, sino sólo algunas, las necesarias para lograr el propósito.
Cuando existe cría en desarrollo dentro del nido, la temperatura de crianza de las larvas es de 34°C. Cuando no hay cría (lo cual sucede en invierno en regiones frías) el racimo de abejas puede ir disminuyendo su temperatura hasta los 14°C. Si la temperatura sigue bajando el racimo de abejas se contrae (las abejas se aprietan) y, para generar calor, desarrollan una actividad con las alas similar a las que realizan cuando están ventilando. Mientras en el centro del racimo la temperatura se mantiene a 14°C, en la periferia las abejas pueden estar a 6°C y mueren cuando la temperatura desciende por debajo de los 6°C. Pero el movimiento de revolución mencionado anteriormente les permite ir renovándose evitando la muerte por hipotermia.
En verano, la temperatura es mantenida a través de la ventilación que realizan las abejas enviando, con su batido de alas, una corriente de aire desde la piquera hacia el interior, mientras otras abejas lo hacen en sentido inverso provocando así una corriente que circula por el interior de la colmena refrescando el ambiente. En días calurosos y cuando la población de abejas es numerosa muchas de ellas se desplazan hasta la piquera y allí se arraciman formando una barba para permitir que la ventilación en el interior de la colmena se pueda realizar eficientemente. Si bien esta barba de abejas no es un signo de una próxima enjambrazón parece indicar un espacio reducido que las abejas despejan saliendo al exterior. Esto debe advertir al apicultor sobre la falta de espacio de la colonia.
Calafateo con propóleos
Cuando las aberturas que se dejan en la piquera o cuando hay demasiada separación de partes móviles, las abejas calafatean con propóleos rellenando el exceso de aberturas. Con esto regulan el intercambio gaseoso entre el espacio interior y el exterior.
De manera que una de las principales actividades de una colonia es mantener su temperatura dentro del rango apropiado a la circunstancia que está viviendo. Pero también es importante mantener la humedad en un rango aceptable para el desarrollo normal de la colonia.
La Humedad
El exceso de humedad dentro de una colmena, particularmente en invierno, provoca un disturbio sustancial en la vida de la colonia y desencadena procesos que conducen a la generación de problemas sanitarios que favorecen la mortandad de abejas. Este es un problema en la zona cordillerana, como en cualquier otra región donde la humedad relativa, en invierno especialmente, es alta o donde las masas de aire frío mantienen un tenor alto de humedad. La humedad se genera en el interior de cada colmena por el consumo de miel que hacen las abejas. Por cada litro de miel consumida se genera un litro de agua. Esta humedad, en época de actividad de las abejas, sale de la colmena mediante el mecanismo de ventilación que desarrollan. Pero en invierno las abejas, arracimadas, no utilizan el batido de alas en la piquera para ventilar, de manera que la colmena en sí debe estar dispuesta para que se favorezca la ventilación sin la intervención de las abejas, lo cual es importante en la zona cordillerana de Patagonia.
Si el ambiente externo es muy húmedo el intercambio gaseoso entre la colmena y el exterior favorece la acumulación de la humedad en el interior de aquella condensándose principalmente en la parte inferior de la entretapa, en las paredes laterales y en los panales más cercanos a éstas. Esto suele suceder en nuestra cordillera en invierno y esta situación se agrava si el apiario está ubicado erróneamente en un mallín o en un área baja donde se acumula el aire frío y húmedo que baja de las laderas circundantes. También sucede cuando la población invernal de abejas no es numerosa.
Aparecen así procesos como el de fermentación de la miel y de las pérdidas de polen por ataque de hongos.
Hay que tener en cuenta que en la zona de cordillera las abejas se encuentran en actividad hasta bien entrado el otoño y hasta es común observar colonias que no cortan totalmente la postura y mantienen pequeñas áreas de cría. Las que interrumpen la postura lo hacen a partir de la segunda quincena de abril y puede ocurrir que en días, donde la temperatura llega a los 12°C, haya algo de entrada de néctar en ese mes. El riesgo de esta pequeña entrada de néctar es que no alcance a perder la humedad suficiente para transformarse en miel y permanezca con un contenido de agua excesivo pudiendo fermentar si el interior de la colmena no está suficientemente ventilado y con exceso de humedad. El néctar se acidifica, toma un olor avinagrado y, si las abejas lo consumen, les resulta mortal.
La miel con exceso de humedad fermenta cuando el rango de temperatura se encuentra entre 10 y 25°C. La temperatura ideal de fermentación es de 15,5°C. Recordemos que el racimo invernal internamente trata de mantenerse por encima de los 14°C, por lo tanto, la temperatura de fermentación coincide con la del racimo. Si éste se desplaza para ir consumiendo reservas, puede alcanzar los cuadros donde hay néctar acumulado con exceso de humedad. Por lo tanto, en una colmena el exceso de humedad que se encuentra condensada en las paredes y panales laterales cargados de miel y polen resulta particularmente peligroso cuando la temperatura se encuentra en el rango mencionado.
Por su parte el polen, cuando está sometido a un exceso de humedad, es atacado por hongos. Si el ataque es severo provoca fuertes pérdidas en la reserva de polen ya que se forma una costra dura y blanca que a las abejas les resulta imposible remover. Recordemos que una buena provisión de polen resulta esencial para mantener una buena población de abejas entre los meses de abril a agosto y especialmente se transforma en un alimento crítico cuando comienza la postura en la segunda quincena de julio o principios de agosto en la cordillera patagónica. Este fenómeno -el del polen atacado por hongos- no sucede generalmente cuando la colmena pasa el invierno con una buena población de abejas que mantienen el calor en casi todos los cuadros y cuando la colmena se encuentra bien ventilada impidiendo la acumulación y condensación de humedad.
Intervención del apicultor
Es imprescindible que el apicultor tenga conciencia de los mecanismos que utilizan las abejas para mantener a raya la temperatura y la humedad ya que sus intervenciones en ningún caso deben interferir con los mismos. Si lo hace genera una situación de estrés que le abre la puerta a numerosos problemas sanitarios, muchos de los cuales, especialmente los bacterianos y los fúngicos se desencadenan a partir de situaciones provocadas por el mismo apicultor. Por el contrario sus intervenciones deben ayudar a la colonia acompañando a la población de abejas a mantener la temperatura y la humedad dentro de los rangos de tolerancia. Para ello dispone de varias herramientas:
Localizar correctamente el apiario
Ante todo hay que localizar correctamente el apiario en un lugar seco donde no haya acumulación de aire frío durante las noches ni tampoco en lugares húmedos como los mallines cordilleranos.
Orientar adecuadamente las colmenas
Hay que proteger las colmenas de las corrientes ventosas. En la cordillera patagónica es aconsejable que las piqueras estén orientadas al N.E. ya que los vientos en esta región provienen del cuadrante oeste y sudoeste. De esta forma se evita la entrada de aire frío y al mismo tiempo se facilita el calentamiento por el sol del frente de la colmena y de la pared lateral orientada hacia el oeste.
Permitir una separación adecuada entre colmenas
Conviene que las colmenas estén separadas entre sí dejando un espacio libre de unos 50 ó 60cms entre una y otra. Si las colmenas están en bancos de apoyo individuales es conveniente que la que está más al sur esté un poco adelante de la otra para que ésta no impida que los rayos del sol, en su desplazamiento hacia el oeste, evite que se caliente la pared lateral de la primera. En bancos donde se colocan varias colmenas, si están muy juntas la que no está expuesta al sol del norte o del oeste es una colmena más fría.
Regular la apertura de la piquera
Si bien cada apicultor desarrolla sus propios métodos de trabajo es importante transmitir a otros, especialmente a los novatos, las experiencias que se van reuniendo. A quien suscribe el presente artículo le ha dado mucho resultado mantener en las piqueras -de colmenas bien desarrolladas- dos aperturas laterales, en lugar de una central, durante todo el año. Estas aperturas tienen una longitud de unos 4 centímetros. Cuando es necesario, se agrega un suplemento en cada apertura para achicarla, lo cual sucede en invierno o en plena temporada cuando desmejora el tiempo durante un período prolongado.
En la cordillera patagónica se debe tener en cuenta que la variación térmica en plena temporada es muy amplia. Durante las noches refresca bastante y una piquera totalmente abierta (sin guardapiquera) puede conducir a las abejas a arracimarse en lugar de mantener la actividad durante la noche.
Por otra parte la doble apertura de piquera facilita la circulación del aire manteniendo un adecuado % de humedad y una correcta ventilación.
En colmenas que se encuentran en crecimiento conviene provocar su desarrollo desde la pared oeste que es la más calentada por el sol y mantener abierta la piquera de ese lado cerrando la otra abertura con un puñado de pasto que- cuando se seca- permite el paso de algo de aire facilitando la ventilación aún de la zona no ocupada por las abejas.
Como se dijo anteriormente, si la apertura del guardapiquera es excesiva las abejas tratan de reducirlo rellenándolo con propóleos.
Abrir o cerrar la apertura de la entretapa
Para que las colmenas en invierno estén bien ventiladas no sólo es suficiente que haya una piquera con aberturas laterales sino que hay que mantener abierta a medias la apertura de la entretapa. En el mes de mayo conviene levantar un poquito la entretapa en la parte de atrás. Basta para ello la colocación de una maderita de tres milímetros de grosor colocadas en los esquineros posteriores de la entretapa.
También en este caso las abejas propolizan el exceso de aberturas.
Regular el espacio interior
A la entrada del invierno conviene sacar un panal y juntar a los restantes al medio de la cámara de cría dejando un espacio de unos 2 cm en los laterales que permite la ventilación de las colmenas debido también a las aberturas laterales del guardapiquera y las aperturas en la entretapa.
Cuando la colonia es pequeña como sucede cuando se introduce un paquete o un núcleo es importante utilizar un paño de plástico o de papel corrugado para envolver los panales poblados de abejas, más uno o dos para que las abejas ocupen, más el alimentador (si se emplea para estimular o alimentar) colocado fuera del poncho. Personalmente prefiero el poncho de plástico ya que el de cartón es roído por las abejas. Si la colmena está bien ventilada no se junta humedad en el plástico.
Asimismo, no hay que agregar alzas en forma prematura ni dejar que el espacio interior se reduzca como para incentivar la enjambrazón. Las alzas deben colocarse en el momento oportuno.
Regular el número de cuadros en la cámara de cría
Cuando la colmena recién comienza y se utilizan varios cuadros con cera estampada conviene colocar 10 cuadros. Pero una vez que la colmena se desarrolló es conveniente trabajar con 9, por varios motivos, a saber: a) La colmena está mejor ventilada entre cuadros, b) las abejas construyen panales más gruesos lo cual, en la sala de extracción, permite una mejor desoperculación, c) hay más producción de cera, d) se previene mejor la rotura de celdas reales cuando se revisa la colmena.
Dejar las reservas invernales de miel y polen necesarias para el invierno
Una media alza repleta de miel, más lo que las abejas entran en otoño en la cámara de cría a medida que reducen la postura, suele ser suficiente reserva invernal para que la colonia llegue hasta la próxima temporada. Los meses críticos son agosto y septiembre cuando la reina activa la postura y todavía no hay entrada de suficiente néctar. Si es necesario, en ese mes, hay que suplementar con jarabe de alimentación.
Es frecuente que en otoño las abejas traigan azúcar proveniente de exudados de pulgones que se encuentran en diversas especies, especialmente sauces o álamos. Esto suele ocurrir a fines del verano, después de la última cosecha. Inmediatamente a esta cosecha hay que hacer un control contra varroa por lo cual posteriormente a este control sanitario está vedada la cosecha de miel. Si el productor se entusiasma cosechando demasiada miel, puede ocurrir que cubran posteriormente los panales con el azúcar que proviene de los pulgones. Ésta no constituye una buena reserva invernal porque no les resulta fácil disolverla y necesitan abundante provisión de agua, fenómeno que en invierno no ocurre. Esto, naturalmente, pone en serio riesgo la supervivencia de la colmena.
Una alternativa es dejarles la miel que ellas produjeron durante la primavera y el verano en la primera media alza, que muchos productores dejan como cámara de cría suplementaria. En estos casos los productores cosechan lo que está por encima de esa media alza. Un exceso de cosecha provoca estrés que, en definitiva, se traducirá en mortandad o en enfermedades.
Por otra parte, los productores que trabajan con protocolos de calidad no deberían cosechar de esa primera media alza cuando se utiliza como complemento de cámara de cría ya que así está especificado en los protocolos vigentes.
Conclusiones
Como conclusión general podemos decir que el control de la humedad, de la temperatura y de las reservas invernales son tres factores esenciales en la sostenibilidad de las colmenas. Si internalizamos la idea de que estamos frente a un ecosistema en equilibrio seremos más cuidadosos a la hora de intervenir en nuestros colmenares.

23 noviembre 2011

Transgénicos contra la apicultura

Transgénicos contra la apicultura. Por: 

A los muchos impactos negativos que conllevan los transgénicos, se suma ahora el golpe contra la producción apícola nacional, porque la miel está contaminada –o podría estarlo en el futuro cercano– con polen transgénico. Es otra tragedia anunciada –como la contaminación transgénica del maíz y otros cultivos– que las autoridades mexicanas decidieron ignorar, para favorecer las ganancias de unas pocas transnacionales.
En esa misma línea, Juan Elvira, Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, afirmó recientemente que se podrían sembrar grandes superficies de maíz transgénico en el norte del país, sin colocar en riesgo los maíces nativos o la biodiversidad. Un aporte más al concierto de falsedades que repiten las autoridades de que los transgénicos servirían para aumentar la producción o para enfrentar el cambio climático, cuando la realidad –no los mitos y la propaganda pagada– muestran lo contrario.
El tema de la contaminación transgénica de la miel se puso de manifiesto luego de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sentenciara el 6 de septiembre 2011 que la miel que contenga más de 0.9 por ciento de polen transgénico deberá ser etiquetada como producto que contiene transgénicos, o si contiene polen transgénico de variedades no autorizadas para el consumo humano (como el maíz Bt Mon810 de Monsanto ) no se podrá comercializar.
El caso fue presentado por un apicultor de Baviera, Alemania, cuyas colmenas se contaminaron con polen de maíz Bt Mon810 proveniente de un cultivo experimental, es decir, ni siquiera por grandes superficies, y supuestamente, en condiciones de bioseguridad.
En México, gracias a los dictámenes de la Semarnat y la Sagarpa, se han aprobado 19 siembras experimentales de maíz transgénico que contienen ese cuestionado gen Mon810, así como decenas de miles de hectáreas de otros transgénicos que amenazan la biodiversidad, el futuro de la apicultura mexicana y a las miles de familias campesinas que dependen de ella.
Con este trasfondo y con gran preocupación, la Organización Nacional de Apicultores (ONA) convocó el 9 de noviembre 2011 el Foro Organismos genéticamente modificados y su impacto en la apicultura, con el apoyo de la Comisión Especial de Seguimiento a las Evaluaciones del Programa Especial Concurrente para el Campo, de la Cámara de Diputados. En el evento expusieron diversos expertos en los temas de transgénicos, biodiversidad y apicultura. Monsanto fue invitada al panel pero no se presentó, solamente se le ve en foros empresariales y de altos niveles políticos, donde asisten sus aliados y los que podría comprar en el futuro. En el foro de la ONA los asistentes eran mayoritariamente apicultores campesinos –sus próximas víctimas.
Al igual que en el caso del maíz, más del 80 por ciento de los productos apícolas en México son campesinos que usan métodos tradicionales. La polinización que hacen las abejas es un elemento fundamental de la producción agrícola y de la biodiversidad.
Miguel A. Munguía de la sociedad cooperativa Educe de Yucatán, explicó que México es el tercer exportador de miel a nivel mundial y 40 por ciento de ésta se obtiene en la península de Yucatán, zona donde el 98 por ciento de la miel se exporta a Europa, proveyendo sustento a 25 mil familias campesinas, en las épocas de mayor necesidad, cuando baja la producción de cultivos.
En esa zona se han aprobado en los últimos años varias experiencias con transgénicos, en áreas cada vez mayores. Para 2011-2012, Monsanto solicitó la siembra piloto de 30 000 hectáreas de soya transgénica en varios municipios de producción apícola campesina (piloto es un eufemismo, en realidad es comercial porque es a campo abierto y se puede vender). Esto equivale a condenar a muerte la exportación de miel desde esas áreas.
Además de la contaminación de miel por polen transgénico, que se aumentaría exponencialmente en el caso del maíz, los transgénicos también aumentan el uso de glifosato y otros agrotóxicos que dañan la producción apícola y la biodiversidad, además de contaminar tierra, fuentes de agua y tener impactos severos a la salud de los pobladores, especialmente de los niños.
En el foro se presentaron también datos científicos basados en el análisis de más de una década de producción en Estados Unidos, el mayor productor mundial de transgénicos, que confirman que la soya transgénica produce menos que la híbrida. En el caso del maíz, la producción es similar a la de los híbridos, pero el precio de la semilla y los riesgos a la biodiversidad son mucho mayores. Además, la producción actual de maíz en México es sobradamente suficiente para las necesidades alimentarias de la población y también gran parte de la pecuaria y otros usos. Las importaciones de maíz transgénico son solamente por la demanda de transnacionales de la industria pecuaria que operan en México, y no serían necesarias si la producción pecuaria fuera en pequeña escala, con forrajes diversificados.
Se aportaron muchos más datos , pero a modo de resumen, se mostró claramente que los transgénicos no se necesitan, que no producen más, que usan más tóxicos y que colocan en riesgo el maíz en su centro de origen, la biodiversidad y ahora además, la apicultura y la miel, un importante producto de exportación del país. Por todas estas razones, los apicultores se suman a la vasta mayoría de la población que exige que se deben frenar los transgénicos.